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Ignore las hipócritas protestas de Trump sobre el sufragio por correo; proteger a los votantes del coronavirus no invita al fraude

Una calcomanía que dice “Yo voté” en un paquete de boletas enviadas por correo, imagen de 2018.
Una calcomanía que dice “Yo voté”, incluida en un paquete de boletas enviadas por correo, en Laguna Niguel, California, en esta imagen de 2018.
(Robyn Beck / AFP/Getty Images)

Los republicanos de California luchan contra la orden del gobernador Gavin Newsom de enviar a todos los votantes registrados boletas de correo para las elecciones del 3 de noviembre.

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Los republicanos de California siguen torturándose a sí mismos y toman posiciones opuestas a las de la mayoría de los votantes. Su último intento: luchar contra la orden del gobernador Gavin Newsom para enviar a todos los votantes registrados boletas por correo para las próximas elecciones del 3 de noviembre.

¿Por qué? Porque el presidente Trump está en contra de la votación generalizada por correo, aunque él mismo lo haga. Los republicanos de California -y demasiados republicanos en todas partes- son tan fanáticos de Trump, que lo siguen ciegamente hacia el acantilado de otoño.

Con cero evidencia, el primer mandatario afirma que la votación por correo está plagada de fraudes. Lo que realmente teme es que ayude a los demócratas, y bien podría ser así. Las boletas por correo facilitan el sufragio, y los republicanos suelen votar de igual manera. “Si alguna vez se acepta esto, nunca volverán a tener un republicano electo en este país”, aseguró Trump acerca de la votación por correo en “Fox and Friends”, a principios de abril.

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Olvidemos que, un mes después, el republicano Mike García recuperó para el partido republicano un escaño en la Cámara de Representantes de Estados Unidos en el noreste del condado de Los Ángeles en una elección especial, en la cual todos los votos fueron efectuados por correo.

“Los republicanos deberían luchar mucho cuando se trata de votar por correo en todo el estado”, tuiteó el presidente. “Un tremendo potencial para el fraude electoral y, por alguna razón, no funciona bien para los republicanos”.

Trump podría pensar que tiene conocimiento de primera mano sobre el fraude. El Washington Post informó la semana pasada que el mandatario intentó originalmente registrarse para votar en Florida mientras citaba a la Casa Blanca como su “residencia legal”. Ello es deliberadamente una mala conducta; según la ley de Florida, hay que ser residente legal de ese estado para votar allí.

A pesar de que hay más casos de coronavirus y muertes per cápita, Los Ángeles se ha movido más rápido para relajar los requisitos de distanciamiento social que el Área de la Bahía.

Más tarde, el presidente volvió a presentar su solicitud de votante y citó su complejo de golf Mar-a-Lago como residencia legal. Después, sufragó por vía postal en las primarias presidenciales de Florida.

El partido republicano, tanto a nivel nacional como en California, demandó a Newsom alegando que no tiene la autoridad constitucional para manipular las elecciones federales. Sus representantes sostienen que los votantes “inactivos” -aquellos que no han emitido su voto en los últimos cuatro años- no deberían recibir una boleta por correo.

Pero la oposición parece irrelevante. La Legislatura tiene plena autoridad para establecer procedimientos electorales. Hay proyectos de ley pendientes para enviar a todos los votantes registrados las boletas por correo. Y el viernes pasado, uno de los autores, el asambleísta Marc Berman (demócrata de Palo Alto), anunció que enmendará su medida para colocar sólo a los votantes “activos” en la lista de sufragio por correo. “Nadie, nadie, nadie ha dicho nunca: ‘Enviemos boletas por correo a los votantes inactivos’”, le dijo Berman al San Francisco Chronicle.

La agotadora batalla del partido republicano de California contra los planes de sufragio postal de los demócratas es simplemente el último ejemplo de la institución, que se opone a lo que la mayoría de los votantes estatales quieren. La lista de temas acumulados a lo largo de los años es larga: aborto, matrimonio homosexual, inmigración ilegal, control de armas, protección del medio ambiente, etc.

Es por eso que la participación de los republicanos en el registro de votantes de California se redujo al 23.9%, aproximadamente la mitad del 45.3% con que cuentan los demócratas. Ahora hay más electores registrados como ‘Sin preferencias de partido’ (un 25.1%) que republicanos. Hace apenas 16 años, los republicanos estaban en el 35.6%.

Una nueva encuesta estatal realizada por Public Policy Institute of California, un grupo no partidista, muestra cuán lejos de los votantes está el partido republicano acerca de las boletas por correo.

A los encuestados se les preguntó qué pensaban de la orden de Newsom de enviar las boletas por correo a todos los electores registrados. En general, el 73% de los votantes probables pensó que era una buena idea.

La mayoría de los presidentes actúan como consoladores en tiempos de crisis nacional. Trump ha luchado por mostrar alguna empatía con las víctimas o sobrevivientes de COVID-19.

Por partido, al 94% de los demócratas le gustó el plan, pero el 58% de los republicanos lo consideró una mala idea. Entre los independientes sin partido, el 63% lo favoreció. “El partido republicano es un pelotón de fusilamiento con su ataque a las boletas electorales”, remarcó el veterano consultor republicano Rob Stutzman. “Las campañas republicanas históricamente han funcionado bien con las boletas por correo. Se pueden adoptar protecciones contra el fraude, y siempre se ha hecho”.

“Los datos del Servicio Postal de Estados Unidos muestran que los votantes más jóvenes, que tienden a elegir demócratas, tienen menos posibilidades de usar el correo en sus vidas. Para ellos es un medio antiguo, del siglo XX. Los votantes republicanos son mayores y tienen más probabilidades de querer una alternativa al voto en persona en tiempos de temor por el COVID-19”.

Stutzman agregó: “De lo que se trata realmente la oposición al sufragio por correo es de amplificar la propaganda profundamente cínica y peligrosa de Trump, para tratar de deslegitimar las elecciones en la mente de millones de estadounidenses”.

Después de que Trump recibiera menos votos populares que Hillary Clinton en 2016, pero ganara la presidencia en el Colegio Electoral, afirmó que millones de personas habían sufragado de forma ilegal y creó una comisión para investigar. Pero la cerró cuando el grupo no pudo encontrar evidencia de fraude.

“Votar por correo ha sido una práctica segura comprobada en California durante muchos años, desde la Guerra Civil”, expresó el secretario de Estado Alex Padilla, demócrata. “La afirmación del presidente de que la votación por correo es fraudulenta no sólo es ofensiva para mí, sino también para los funcionarios electorales de California. Pero no es una sorpresa; él es un hipócrita, porque vota por correo.

“Realmente lo que quiere es preparar el escenario para desafiar cualquier resultado electoral que no sea de su agrado”.

Aproximadamente dos tercios de todas las boletas de California en las elecciones generales de 2018 fueron enviadas por correo.

Estas son algunas protecciones que rigen contra fraudes:

- El votante debe firmar el sobre que contiene la boleta, y la firma se compara con la del archivo del registro.

- Antes de que se cuente el voto, se verifica la base de datos del estado para asegurarse de que un individuo no sufragó dos veces.

- Las listas de votantes se purgan regularmente para eliminar a los fallecidos.

- Este año, los votantes pueden inscribirse para rastrear su boleta -como si fuera un paquete de UPS-.

De igual manera, la mejor razón para sufragar por correo este año es mantenerse alejado de las multitudes que suelen convocarse en los recintos, donde se podría propagar el coronavirus.

Los republicanos deberían ignorar a Trump y ponerse del lado de la salud; personal y políticamente hablando.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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