El coronavirus afecta a los latinos del condado de Orange los cuales no tienen más remedio que trabajar
Las ciudades densamente pobladas por latinos de Santa Ana y Anaheim tienen tasas de pruebas positivas de coronavirus significativamente más altas que la tasa general del condado de Orange.
A medida que el coronavirus se extendió por el condado de Orange este verano, Huntington Beach se convirtió en un punto de molestia nacional porque muchos residentes y visitantes se negaron a usar mascarillas y sus calles vieron grandes protestas contra la orden de quedarse en casa de California.
Pero los datos muestran que el COVID-19 ha dado su golpe más brutal no a lo largo de la costa exclusiva del condado de Orange, sino en las comunidades densamente pobladas y predominantemente latinas.
Santa Ana y Anaheim, las dos ciudades más grandes del condado, han tenido tasas positivas de pruebas de coronavirus más del doble que la tasa general en el condado de Orange.
Si bien el condado de Orange informó recientemente una tasa de prueba de coronavirus positiva de siete días del 3.1%, la tasa en Santa Ana fue más del doble, en 8.5%. Anaheim tuvo una tasa de pruebas positivas del 4.8%, una cifra que es arriba del 50% más alta que la tasa de todo el condado.
Las tasas de pruebas positivas para las ciudades más pobladas del condado de Orange fueron mucho peores hace aproximadamente un mes. En un momento en que la tasa de pruebas positivas en todo el condado estaba entre el 5% y el 6%, las tasas para Santa Ana y Anaheim estaban aproximadamente entre el 15% y el 19%, dijo en ese momento el Dr. Clayton Chau, director de la Agencia de Atención Médica del Condado de Orange.
El condado de Orange en general suma un 34% latino, aunque las dos ciudades más pobladas son mucho más latinas. Anaheim es 56% latina y Santa Ana 77%.
Los resultados son consistentes con las estadísticas en California y la nación que muestran que los latinos han sido infectados, hospitalizados y han muerto por el coronavirus a tasas desproporcionadas en comparación con su parte de la población.
“Si observa los números en Santa Ana y Anaheim, estas son comunidades que probablemente trabajan en el sector de servicios en otras partes del condado: Irvine, Huntington Beach… Son trabajadores imprescindibles. Laboran en restaurantes y cocinas y como conserjes”, dijo Carlos Perea, un activista por los derechos de los inmigrantes en Santa Ana. “Están expuestos al virus y muchos de ellos no conocen sus derechos laborales durante COVID y tienen que llegar a fin de mes”.
Una de cada cuatro personas con diabetes ha racionado los suministros para reducir el costo de su cuidado de la diabetes desde el comienzo de la pandemia, según una encuesta.
En el condado de Orange, los latinos representan el 47% de los casos de coronavirus y el 45% de las muertes por COVID-19, a pesar de que comprenden el 35% de la población.
En todo California, los latinos representan el 61% de los casos del estado y el 49% de los decesos por COVID-19, a pesar de que comprenden el 39% de la población. Los californianos negros representan el 8% de las muertes por COVID-19 del estado, pero el 6% de la población.
Los latinos y los californianos negros constituyen una parte desproporcionada de la fuerza laboral de bajos salarios de California, que a menudo labora en empleos esenciales que son fundamentales para mantener el funcionamiento de la economía del estado. En el cercano condado de Los Ángeles, algunos de los peores brotes afectaron los lugares de trabajo en industrias que cuentan principalmente con empleados latinos, como en las instalaciones de fabricación de prendas de vestir y procesamiento de alimentos, empresas que han sido investigadas por violar los requisitos de salud del condado.
En comparación con el resto del condado de Orange, Anaheim y Santa Ana también albergan a residentes de bajos ingresos, muchos de los cuales viven en hogares abarrotados.
Los residentes allí son “vulnerables desde el punto de vista económico y desde el punto de vista de la vivienda”, dijo Chau recientemente. Muchos residentes de Anaheim y Santa Ana “no pueden darse el lujo de trabajar a distancia [y] quedarse en casa; tienen que arriesgar sus vidas para ganarse la vida y poner comida en la mesa y un techo sobre la cabeza de su familia”.
Los médicos de UC Irvine comenzaron a notar que muchos pacientes con COVID-19 provenían de Anaheim y Santa Ana, dijo el Dr. Shruti Gohil, director médico asociado de epidemiología y prevención de infecciones en UC Irvine y profesor de enfermedades infecciosas.
“Esos fueron los dos más altos desde el comienzo de nuestro repunte”, señaló Gohil. A medida que avanzaba el verano, las áreas vecinas también vieron un aumento en las tasas de infección por COVID-19. “Sale desde ahí. En otras palabras, los [lugares] a su alrededor también se infectan”.
Por eso es tan importante seguir enfocándose en reducir los niveles de enfermedad en las áreas más afectadas, dicen los expertos, incluso cuando un condado en general podría estar viendo mayores mejoras. “Comienza en cualquier lugar y, como se esperaba, se propaga a otros sitios”, expuso Gohil.
Los funcionarios estatales dicen que tienen la intención de establecer pronto una “métrica de equidad en salud” que empujaría a los condados a reducir los efectos desproporcionados de la pandemia en las comunidades más afectadas.
Un análisis de UC Irvine mostró que las tasas de pruebas positivas fueron más altas en julio en otras ciudades cercanas como Buena Park, Garden Grove, Fullerton, La Habra y Placentia, todas las cuales tienen poblaciones latinas importantes.
Santa Ana tiene una tasa acumulada de casos de coronavirus de más de 3.000 casos por cada 100.000 residentes; Anaheim, más de 2.500 casos por cada 100.000 habitantes. Por el contrario, Irvine, un suburbio relativamente rico y la tercera ciudad más poblada del condado de Orange, acumula en total casi 600 casos por cada 100.000 residentes.
Los vecindarios predominantemente latinos de otras ciudades más exclusivas del condado de Orange también se están viendo muy afectados.
El código postal 92647, que abarca el vecindario predominantemente latino Oak View de Huntington Beach, representa 880 de los 2.387 casos acumulados de coronavirus en la ciudad, casi el 37% hasta el sábado.
Una buena parte de los latinos que viven en la comunidad de Oak View trabajan en el centro de Huntington Beach, un destino turístico mundial que permanece abierto al público. La ciudad también se ha convertido en el epicentro de la resistencia a las mascarillas y los escépticos del COVID-19 en California.
“La gente de nuestra comunidad corre un gran riesgo”, dijo Óscar Rodríguez, un joven de 26 años que creció en el vecindario de Oak View y es cofundador del grupo de base Oak View ComUNIDAD, que busca servir a los marginados barrios de la ciudad. “Muchos de nuestra comunidad son personas que brindan estos servicios y mano de obra en los restaurantes y hoteles en el centro de la ciudad. Son el motor económico de esta industria”.
Rodríguez, quien estará en la boleta electoral para el Concejo Municipal en noviembre, reveló que muchos en Oak View que se han infectado con el coronavirus tienen miedo de hablar.
“No están dispuestos a hablar de eso porque todo está muy estigmatizado”, manifestó Rodríguez.
Parte de la solución requiere una intensa intervención en las comunidades más afectadas, dicen los expertos. Los trabajadores de bajos ingresos pueden ser reacios a hablar sobre las violaciones reglamentarias de la salud y se deben hacer esfuerzos para alentar las denuncias anónimas a los inspectores del condado, dicen los funcionarios.
Los ‘swap meet’ de Los Ángeles son una mezcla infinita de comercio, adaptada a las necesidades de las comunidades de bajos ingresos.
Los expertos agregan que los empleados deben estar seguros de que verán un reemplazo salarial si se infectan o necesitan cuidar de un ser querido que está enfermo y tener la garantía de que no serán despedidos si se toman un tiempo libre de licencia por enfermedad. El condado de Alameda lanzó un programa para ofrecer estipendios de $1.250 para aquellos que dan positivo en la prueba, no reciben licencia por desempleo o enfermedad y son referidos por clínicas designadas en vecindarios de alto riesgo.
El condado de Orange ha lanzado una Iniciativa de equidad en la salud de los latinos para asociarse con organizaciones sin fines de lucro y agencias a fin de brindar educación, recursos y pruebas a las comunidades que más lo necesitan.
Los expertos dicen que es esencial que los lugares de trabajo implementen nuevos protocolos de seguridad necesarios para mantener seguros a los trabajadores en medio de la pandemia, que incluye el notificar al condado sobre los brotes.
En el vecino condado de Los Ángeles, Óscar Ramírez, abogado que representa a la familia del trabajador de 67 años José Roberto Álvarez, jefe de mantenimiento de Mission Foods Corp. en Commerce, alegó que el empleador de Álvarez no “reveló un brote masivo a todos los trabajadores” como era su obligación.
Los funcionarios del condado de Los Ángeles cerraron temporalmente las instalaciones después de informar que la compañía no notificó a las autoridades sobre el brote.
Alisha Álvarez dijo que su padre, que tenía diabetes e hipertensión, “tenía miedo de decir que no podía ir a trabajar porque creía que lo despedirían”. Su padre dio positivo por el coronavirus el 28 de junio, fue llevado al hospital el 4 de julio después de tener problemas para respirar y murió el 20 de julio.
Un comunicado en nombre de Mission Foods, un distribuidor líder de tortillas, papas fritas y salsas, manifestó que la compañía había proporcionado la información requerida sobre los casos entre su fuerza laboral que conocía. La compañía aseguró que ha alentado y permitido que las personas de alto riesgo que puedan estar preocupadas por contraer la enfermedad tomen licencias.
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