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Necesitamos mucho de ambas’: ¿Aumentar la vacunación en California podrá eliminar las pruebas de COVID-19?

COVID-19 mass vaccination of healthcare workers takes place on Jan. 15 at Dodger Stadium.
Residentes esperan para ingresar a un sitio de vacunación masiva contra el COVID-19 montado en el Dodger Stadium, el 15 de enero pasado, en Los Ángeles.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)

La capacidad de California para realizar varias tareas se está poniendo a prueba, ya que los funcionarios de salud se esfuerzan por encontrar personal para los centros de vacunación y, al mismo tiempo, mantener las pruebas y el rastreo de contactos.

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El gobernador de California, Gavin Newsom, bajo una creciente presión para poner realmente en marcha el vacilante lanzamiento de la vacuna contra el COVID-19, viajó a Los Ángeles el 15 de enero para develar un nuevo sitio de vacunación de grandes dimensiones en el Dodger Stadium, que se espera inocule eventualmente a 12.000 personas por día.

El lugar administrado por la ciudad fue el sitio de pruebas de COVID más grande del país; se realizaron allí más de un millón de pruebas en sus casi ocho meses de actividad y más de 10.000 por día durante el reciente pico. Su reutilización, declaró Newsom, proporciona “un sitio extraordinario, de primer nivel, para una operación logística de primera clase”.

Esa iniciativa, sin embargo, exigió un sacrificio: cuando la ciudad de Los Ángeles puso fin a las pruebas de COVID en el Dodger Stadium y cerró otro sitio de exámenes para derivar personal al nuevo centro de vacunación, eliminó, al menos temporalmente, alrededor de un tercio de todas las pruebas administradas por el gobierno en el condado, el más grande del país, con una población de 10 millones y uno de los mayores focos de COVID.

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Los sitios llevados adelante por la ciudad, el condado o el estado representan un poco más de un tercio de todas las pruebas de COVID que se realizan en el condado de Los Ángeles, detalló el Dr. Clemens Hong, quien dirige las operaciones de pruebas del condado.

La disminución de la capacidad de pruebas podría generar demoras más largas para las citas; por ello, las personas infectadas podrían exponer a otras durante más tiempo antes de saber que tienen el virus.

Cuando el condado de L.A. rechazó el plan de construir una nueva cárcel, la supervisora Hilda Solís vio la oportunidad de usar el terreno para viviendas de los sin techo. En menos de cinco meses, el estacionamiento no utilizado se ha transformado en 232 unidades de vivienda permanente y provisional a 200.000 dólares por unidad, un récord de velocidad y coste.

Pero el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, aseguró que eso no ha sucedido hasta ahora. En lo que llamó una instancia de “sincronización perfecta”, las tasas de infección en el condado de Los Ángeles han disminuido desde que el Dodger Stadium se reconvirtió como sitio de vacunación, y la demanda de pruebas se redujo de la mitad a dos tercios, confirmó el alcalde el jueves pasado. “Estamos satisfaciendo la demanda; en realidad, la estamos superando”.

Aún así, reconoció que convertir el estadio fue un riesgo que la ciudad asumió porque “las vacunas prevenirán, curarán y finalmente resolverán esto”.

Muchos expertos en salud están de acuerdo en que dar prioridad a la vacunación sobre las pruebas es el paso correcto. “La mejor manera de salir de nuestra crisis actual son las mascarillas, tener pocos contactos al día y las vacunas, por lo cual tiene sentido crear muchos más puntos de acceso para las dosis, incluso si eso significa efectuar menos exámenes”, comentó el Dr. Bob Kocher, investigador principal en el Schaeffer Center for Health Policy & Economics de la USC, y ex miembro del Grupo de Trabajo de Pruebas contra el COVID-19 del estado.

Pero con la carga de casos de COVID aún alta, a pesar de su reciente disminución desde los niveles máximos, y las cepas mutantes del virus que amenazan con alimentar nuevos brotes, algunos altos funcionarios de salud pública sostienen que las pruebas siguen siendo una parte igualmente vital del esfuerzo por contener y finalmente poner fin a la pandemia. Además, ello podría volverse aún más importante en los próximos meses, a medida que la campaña de inoculación gane fuerza, ya que las pruebas podrían resultar una herramienta valiosa para evaluar qué tan bien están funcionando las vacunas.

“Es difícil decir en este momento, dada la cantidad de personas que padecen COVID, que la vacuna es más importante”, señaló Hong. “Es complejo equilibrar esas dos instancias entre sí, porque realmente necesitamos mucho de ambas”.

Equilibrar las vacunas con las pruebas y otras tareas relacionadas con el COVID es un desafío importante para los funcionarios de salud pública en todo California y la nación, porque esas funciones se basan en muchos de los mismos recursos, especialmente el personal necesario para la administración y el mantenimiento de registros.

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En los sitios de vacunación, mantener buenos registros es esencial para planificar día a día cuántas dosis sacar del congelador. “Hay que hacerlo bien, de lo contrario, puede haber equivocaciones para las segundas dosis”, expuso el Dr. George Rutherford, epidemiólogo de UC San Francisco.

Sara Bosse, directora de salud pública del condado de Madera, señaló que los condados de todo el estado pidieron a Newsom $400 millones en el año presupuestario actual para costear el establecimiento de centros de vacunación, incluidos los costos de las instalaciones, la seguridad, el personal de ingreso de datos y médicos que inoculen y atiendan posibles efectos secundarios adversos. También solicitan $280 millones para pruebas de COVID y $440 millones para rastreo de contactos y alojamiento individual, para proteger a los residentes más vulnerables al COVID.

“Creo que muchos condados están dando prioridad a la vacunación y, según los recursos que tienen, pueden tomar fondos de diversas partes de la respuesta contra el COVID, como el rastreo de contactos o las pruebas”, expuso Bosse. La financiación, dijo, ayudaría a los funcionarios de salud del condado a evitar “esas decisiones difíciles en las que tenemos que quitar de parte de la respuesta a la pandemia para apuntalar la siguiente”.

También podría haber ayuda federal en camino: el presidente Biden anunció planes para establecer 100 centros de vacunación respaldados por el gobierno federal y asignar $50 mil millones para expandir las pruebas.

En el condado de Madera, un área rural pobre de 160.000 personas que se extiende desde el Valle Central hasta Sierra Nevada, el estado se hizo cargo en gran medida de las pruebas de COVID, lo que le permite al condado concentrar sus recursos en las vacunas, comentó Bosse.

El gran desafío en ese frente, señaló, es tener suficiente personal de salud capacitado para administrar los sitios de vacunación. Recientemente, el condado supo de 85 médicos capacitados que estaban dispuestos a ofrecerse como voluntarios para la vacunación, “algo que será un punto de inflexión para nosotros”, reconoció Bosse.

En Los Ángeles, la ciudad tiene los medios para agregar espacios de prueba en otros lugares y reforzar los exámenes móviles, señaló Garcetti. Recientemente se consideró instalar un sitio de prueba en Pierce College, en el Valle de San Fernando, “pero parece que no necesitaremos abrirlo”, señaló el alcalde.

La ciudad, el condado y el estado también discuten la posibilidad de una asociación para ampliar las pruebas en Exposition Park, en el sur de L.A.

En el condado de San Diego, los funcionarios de salud esperan enfrentar un desafío debido a la competencia por la dotación de personal entre la vacunación y las pruebas, y están contratando para satisfacer la necesidad, señaló Sarah Sweeney, portavoz de la Agencia de Salud y Servicios Humanos local. El condado aún no convirtió los sitios de pruebas en centros de vacunación, pero espera hacerlo cuando aumenten los suministros de dosis, afirmó.

Los funcionarios de salud del condado de San Bernardino están comprometidos a mantener los exámenes en los volúmenes actuales incluso mientras aumenta la vacunación, comentó Corwin Porter, director de salud pública. Pero admitió que hacer ambas cosas al mismo tiempo “es una lucha”, porque “no contamos con suficientes dosis ni suficiente personal”.

El condado lleva a cabo eventos de contratación cada semana y trabaja con múltiples socios para encontrar recursos adicionales, “porque estamos tratando de no sacar nada de las pruebas o el rastreo de contactos”, comentó Porter.

Más allá de la cuestión de los recursos, los funcionarios de salud enfrentan otro gran desafío: “Hay un problema de atención dividida”, indicó Hong, del condado de Los Ángeles. “Ahora tenemos dos cosas importantes con las que lidiar, o tres, si se incluye el rastreo de contactos. Creo que tendremos que pensar en nuestra estrategia”.

Una vez que se haya vacunado a una amplia franja de la población, algo que podría demorar muchos meses, el volumen de pruebas disminuirá drásticamente, comentó Rutherford, de UCSF. “Ya no creo que haya necesidad de hacer cientos de miles de exámenes diarios una vez que nos pongamos al día con las vacunas”, comentó. “Sería examinar a miles de personas para encontrar solo decenas de casos”.

Mientras tanto, el condado de L.A. probablemente agregará preguntas a su sitio web de citas para pruebas, a fin de consultar a las personas sobre su estado de vacunación, comentó Hong. “De esa manera podemos rastrear lo que está sucediendo con la gente que fue inoculada”.

Los brotes de COVID en curso pueden requerir más pruebas, particularmente en las comunidades de color más pobres, que fueron las más afectadas por la pandemia y donde las dudas para inmunizarse es probablemente más generalizada, señaló Hong. “Así que la conclusión es que los exámenes no van a desaparecer”.

Este artículo fue producido por KHN (Kaiser Health News), que publica California Healthline, un servicio editorial independiente de la California Health Care Foundation. KHN no está afiliado a Kaiser Permanente.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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