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Columna: ¿Quién está comprando las casas caras del sur de Los Ángeles? ¿Es realmente solo gente blanca?

Michael Tubbs
El ex alcalde de Stockton, Michael Tubbs, visto en agosto de 2019, se mudó recientemente al vecindario de Hyde Park en el sur de Los Ángeles con su esposa e hijos.
(Rich Pedroncelli / Associated Press)

A pesar de que los residentes de toda la vida se están quedando sin dinero, un pequeño número de familias negras que pueden permitírselo se están mudando. La cuestión es si habrá más.

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Michael Tubbs pasó años haciéndose un nombre como el primer alcalde negro de Stockton, siendo pionero en implementar un programa de ingresos garantizados y convirtiéndolo en un modelo para otras ciudades y, algún día, con suerte, para todo el país.

Fue una carrera bastante larga. Pero después de perder un intento de reelección el año pasado, Tubbs y su esposa, Anna, comenzaron a pensar en su próximo capítulo.

Sabían que querían una cosa por encima de todo: Vivir en una comunidad negra fuerte. Así hicieron lo que un número cada vez mayor de familias negras no puede realizar mientras el costo de la vivienda sigue subiendo en el sur de Los Ángeles: Compraron una casa en el barrio históricamente negro de Hyde Park.

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“Simplemente tenía sentido”, me comentó Tubbs una mañana reciente. “Sabemos que existe la posibilidad de que nuestros hijos sean educados en un entorno predominantemente blanco. Así que pensamos que no queremos que su experiencia sea siempre ‘la única’ o ‘una de las pocas’. Deseamos que se vean reflejados en los demás a su alrededor”.

Pero, admitió, con casas que ahora cuestan $1 millón, “incluso mudarnos a Hyde Park para nosotros fue un poco exagerado”.

Es una locura considerarlo: La negación de ciertos servicios según la ubicación geográfica considerada de bajos recursos, así como los convenios restrictivos, crearon los vecindarios negros del sur de Los Ángeles, y ahora la mayoría de los negros no pueden permitirse comprar, ni siquiera alquilar ahí.

Vaya a cualquier jornada de puertas abiertas para mostrar casas en el sur de Los Ángeles y los compradores de vivienda negros son pocos, así como distantes entre sí.

El precio medio de la vivienda en el sur de California bajó un 0.1% en agosto respecto al mes anterior. Los agentes inmobiliarios ven un ligero enfriamiento del frenesí de la pandemia.

Sin embargo, fue hace solo una generación que los padres negros arrastraban a sus hijos desde el sur de Los Ángeles hasta el Valle de San Fernando en busca de una vida mejor, como relató mi colega Sandy Banks en una columna reciente. No importa que, durante décadas, esos vecindarios fueron notoriamente solo para blancos.

Crecí en Ohio, pero también me llevaron de un suburbio de mayoría negra a un suburbio de mayoría blanca para una vida mejor. Todo es un ciclo, supongo.

Así que ahora, con los cambios demográficos impulsados por la gentrificación, todo el mundo quiere hablar de la afluencia de vecinos blancos y el riesgo de perder el sur de la ciudad como la meca de la cultura negra.

Recientemente tuve una conversación de este tipo con Stacy Lewis, directora de la Asociación de Vecindarios de Leimert Park. Le pregunté si sabía de alguna familia negra que hubiera comprado casas al sur de la autopista 10 últimamente. Me miró confundido y negó con la cabeza.

“No, solo gente blanca”, señaló rotundamente.

Como si fuera una señal, una mujer blanca con pants de yoga se acercó a nuestra mesa afuera de Harun Coffee.

Pero, resulta que hay algunas personas negras que pueden y, lo que es más importante, están dispuestas a desembolsar los asombrosos pagos iniciales, así como aceptar las hipotecas exorbitantes que se han convertido en la norma para comprar una vivienda en el sur de Los Ángeles.

No está claro exactamente cuántas familias. Pero existen.

Eche un vistazo a lo que se puede comprar con un millón de dólares en seis barrios de Los Ángeles.

Muchos han ganado dinero en las industrias de la tecnología y el entretenimiento. Están los Issa Raes y Tiffany Haddishs, por supuesto, pero también los showrunners, escritores y ejecutivos con nombres que pocos reconocerían.

En los últimos años, Pam Lumpkin, agente de Compass Real Estate, comentó que ha vendido varias casas en el sur de Los Ángeles a profesionales negros, tanto adultos solteros como parejas jóvenes que buscan formar una familia.

Lumpkin indicó que muchos la buscan específicamente porque, si bien podrían vivir en, digamos, Hollywood o Studio City, quieren vivir en un vecindario negro.

“Siento que hay una especie de despertar en mi comunidad”, me explicó, “no solo en la comunidad de mi vecindario, sino en mi comunidad afroamericana. Queremos recuperar lo que teníamos antes. No queremos perder eso”.

Algunos le han mencionado que su percepción cambió tras los eventos repletos de carga racial del año pasado y al ver a George Floyd ser asesinado por la policía de Minneapolis. Otros señalan que simplemente están agotados por los años de racismo descarado bajo la administración Trump.

“Nuestros niños van a estas escuelas donde nadie se parece a ellos. Docentes, administradores, todo eso”, comentó Lumpkin, quien vive en View Park. “La sensación de seguridad en el barrio es agradable. Te sientes seguro cuando ves a otras personas que se parecen a ti”.

Esto es algo bueno para aquellos interesados en preservar la negrura del sur de la ciudad porque el futuro de estos vecindarios se reducirá a dos cosas. Primero, si la mayoría de los residentes negros desde hace mucho tiempo optan por mantener sus casas, en lugar de venderlas a promotores o desarrolladores de viviendas. Y segundo, si las familias negras que pueden permitirse vivir en cualquier lugar eligen comprar hogares en el sur de Los Ángeles.

Homes near palm trees and hills
El valor de las viviendas está aumentando en vecindarios del sur de Los Ángeles, como View Park.
(Jason Armond/Los Angeles Times)

Y, si compran en el sur de la ciudad, sí actuarán como “gentrificadores” o como partes interesadas de la comunidad. Es la diferencia entre la gentrificación económica que ahora parece inevitable y la gentrificación cultural, que no lo es.

Tubbs y su esposa lucharon con esas preguntas. El exalcalde explicó que fue tan lejos como para preguntar a los funcionarios electos locales y negros si su familia sería vista como gentrificadora, y si eso socavaría sus esfuerzos para frenar el desplazamiento.

“Comentaron que es importante que la gente entre con un sentido de propiedad”, detalló, y señaló que ya está involucrado en varias iniciativas locales de base. “Entonces se trata de comprar una propiedad, así como ser dueño de un terreno. Creo que también apreciaron que seamos mi esposa y yo, y que nos parezcamos a la comunidad”.

Michael y Clarissa Brooks, quienes recientemente compraron una casa en Ladera Heights después de vivir en el Área de la Bahía, todavía se preocupan por ser gentrificadores. Por otra parte, ambos crecieron en Brooklyn, cuando Brooklyn era Brooklyn.

“La parte desafortunada de todo esto es que sé que no es posible para todos nosotros”, subrayó Clarissa, quien trabaja en la práctica privada como abogada. “Esa parte fue difícil de reconciliar, para ser honesta, porque es agradable entrar en un lugar donde no tienes que sentirte diferente”.

Michael, quien trabaja en administración de productos en Snapchat, estuvo de acuerdo con su esposa y agregó que el vecindario mayoritariamente negro se siente como “una manta cálida”, como solía sentirse Brooklyn.

“Nadie cruza la calle al verme, nadie agarra su bolso, nadie cierra la puerta detrás de ellos antes de que yo pueda llegar”, comentó. “Nadie está haciendo eso”.

Es por eso que, a pesar de toda la angustia por la gentrificación, Lumpkin confía en que más familias negras que puedan permitirse comprar casas en el sur de Los Ángeles eventualmente lo harán.

“¿Por qué tomar su dinero e ir a comprar donde necesite preocuparse por quién es su vecino de al lado, mortificándose de si actuará bien o no?”, preguntó. “Traiga su dinero e inviértalo aquí y construyamos nuestra comunidad”.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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