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Una madre soltera rompe el ciclo regalando una caja de pañales a la vez

Irene Montantes se prepara para repartir cajas de pañales para las familias de bajos recursos.
Irene Montantes se prepara para repartir cajas de pañales para las familias de bajos recursos.
(Selene Rivera)
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Todos los sábados por la mañana, Breda Pol, una inmigrante de Guatemala, llega a un pequeño jardín comunitario en el área de Koreatown, en Los Ángeles, para recibir pañales gratis.

Su hija de un año la acompaña en brazos haga frio o calor, pues es la prueba tangible de que cada pañal que reciba esta madre va a ser utilizado.

La señora Pol se ahorrará $1,200 al año en gastos, aproximadamente $80 al mes solo para pañales.

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Ningún programa gubernamental apoya a las familias con el alto costo de los pañales; estos suministros no están cubiertos por los programas de WIC o SNAP.

“Los pañales gratuitos son una bendición para las familias cómo yo”, dijo Pol, quien es madre soltera de otras hijas de 14 y 10 años.

En el área central de Los Ángeles hay centenares de familias que afirman también recibir estas bendiciones gracias a una organización sin fines de lucro creada por una madre soltera.

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Antes de la pandemia, Pol trabajaba cuidando niños, pero después el trabajo disminuyó, y aunado a que tuvo que dejar de trabajar tras dar a luz, el dinero dejó de llegar al bolsillo.

“Por ahora vivimos de ayuda del gobierno, estampillas de comida, algún trabajo de niñera aquí y allá, pero el dinero no es suficiente”, sostuvo.

Con el ahorro de los pañales, Pol puede pagar algunas facturas del hogar y ropa para sus hijas.

Pol no fue la única que se encontró sin dinero durante la pandemia; el cierre de trabajos, el recorte de horas y los días por enfermedad descontrolaron la economía de muchas familias de bajos recursos, dijo Irene Montantes, fundadora de la organización Los Ángeles Baby Cooperative.

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La organización, que ofrece pañales, nació durante la pandemia cuando Montantes se encontró con madres que no solamente necesitaban comida sino suministros esenciales para bebés.

Ahora, todos los sábados, la organización dirigida por voluntarios de la comunidad reparte más de 4,000 pañales en el First Unitarian Church Garden, localizada en el 2936 W 8th St, Los Angeles.

“La gente llegaba para pedir comida a la iglesia, y muchos preguntaban por pañales también. Entonces tuve la idea de donar este producto que tanto necesitan los padres de familia para sus hijos”, dijo Montantes, de 37 años.

Karla Andino, una voluntaria, también recibe los pañales para su hija que hace dos años tenía seis meses.

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Como estilista, ella fue una de las trabajadoras que se vio el afectada por el cierre de estos negocios. Luego también se contagió de COVID. Su esposo, quien trabaja en la construcción, no pudo cubrir todos los gastos, así que la familia se vio forzada a pedir ayuda.

“Fuimos una de las familias afectadas por la pandemia, pero gracias a la organización, podemos redirigir ese gasto a otras cosas como comida o pagar facturas”, dijo.

Aproximadamente 80 familias recolectan semanalmente sus paquetes acompañados con toallitas húmedas, así como una vez al mes reciben ropa, juguetes y otros artículos de parte de la misma organización.

Para Montantes, residente del Valle de San Fernando, el ayudar a la gente de bajos recursos es un tema serio y muy personal.

Al ser criada por una madre soltera y luego convertirse ella misma en una madre soltera joven, vivió de primeras manos las dificultades de criar una familia con recursos limitados.

“Tengo un hijo de 20 años. Cuando resulté embarazada de él, yo tenía 17. Me preocupaba el no tener dinero para darle de comer a mi hijo, y mucho más el no poderle comprar sus pañales. No sabía dónde pedir ayuda”, dijo Montantes.

La joven recuerda que al crecer tuvo que ir a Good Will para obtener su ropa, comer de las estampillas de comida, crecer en departamentos de ayuda de la Sección 8 y recibir sus juguetes navideños de las organizaciones sin fines de lucro.

“Mi madre me tuvo cuando ella misma era adolescente y yo caí en el mismo patrón, y mi mamá me tenía que ayudar pidiendo comida o ropa para mi bebé.

Pero Montantes se aferró a su educación. Hoy en día ella trabaja para una firma de abogados y se encuentra estudiando para convertirse en licenciada.

En la linea donde ahora Montantes regala los pañales, se pueden ver madres que han sido despedidas de sus empleos, padres de familia que no alcanzan a cubrir los gastos porque se enfermaron y estuvieron en el hospital, no faltan los que perdieron su empleo y lo que tienen menos horas.

En los últimos dos años, Montantes ha visto el aumento en familias que llegan a pedir pañales, con un aumento de 200 a 620 en los últimos 24 meses.

Las cajas de 40 pañales por semana desaparecen rápido a tal grado que la organización ha tenido que pedirles a los padres que lleven a sus niños, o carguen una prueba del certificado de nacimiento o la aplicación para el WIC, para saber que toda familia que recibe los pañales los necesita.

“Las madres llegan de Koreatown, el sur de Los Ángeles, el este y área de MacArthur Park obtienen los paquetes gracias a las donaciones de otras organizaciones y la misma comunidad que a veces nos dona”, dijo Montantes.

Para Montantes donar para estas familias es regresar a su pasado.

“No puedo quedarme con las manos cruzadas. Yo estuve en esos zapatos. No puedo mas que ayudar en lo que puedo para asistir sobre todo a esos niños”, dijo.

Para más información visitar https://lababycooperative.org/

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