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Boxeador pelea por recobrar su salud tras falla de sus riñones

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Cuando Norberto Torres se puso por primera vez un par de guantes de boxeo, nunca pensó que la pelea más importante de su vida implicaría conectarse a una máquina de diálisis durante 10 horas cada noche.

Su combate más difícil ha sido luchar contra la hinchazón de su cara, abdomen y todo el cuerpo. El dolor puede venir en cualquier momento, dejando el boxeo en el pasado.

En sus sueños, Torres se prepara para luchar por los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, Brasil. En su día a día, él despierta sin saber cómo se sentirá.

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“El boxeo es mi vida y es la única cosa que realmente quiero hacer”, dijo Torres.

Los dos riñones de Torres están fallando y, al igual que su madre Brenda Ramos y su hermano Brendon, ya necesita un trasplante.

“Yo trabajo en el campo de la medicina y veo mucha gente en la misma condición’’, dijo Ramos. “Ellos dejaron de funcionar y yo les digo como a mis hijos: no se detengan. Esto no nos va a parar”, agregó la madre del joven.

Según la Fundación Nacional del Riñón, casi 101,000 personas están a la espera de un trasplantes” desde enero. La espera para un nuevo órgano es de aproximadamente 3 años y medio, dejando mucho tiempo para preguntarse si el alivio del dolor, la hinchazón, los mareos y la falta de energía, entre otros efectos secundarios, llegará.

Un trasplante es la única solución a largo plazo. La función principal de los riñones es ayudar a procesar la extracción del líquido y los residuos de la sangre.

Torres todavía está a la espera de un riñón. Él sabe que regresará al ring de boxeo si recibe un trasplante. Torres entrena a su hermano, Israel y se mantiene en contacto con luchadores profesionales como Erickson Lubin y Dennis Galarza de Orlando y su entrenador, Jason Galarza, padre de Dennis.

Estos jóvenes boxeadores de Pine Hills en Orlando han creado un vínculo como hermanos. Ellos establecieron un gimnasio llamado la “Escuela de los golpes duros”, (School of Hard Knocks, en inglés), y cada uno tiene sus iniciales tatuadas en el lado derecho del pecho, como un recordatorio de que la conexión que inició el boxeo es más fuerte que cualquier enfermedad.

“Enfermarse no es agradable, no es bueno. Me duele no verlo boxear”, dijo Lubin.

Torres podría haber sido más que un aspirante. Sus combates en la clase peso mosca lo llevaron a las semifinales de los nacionales de boxeo de Estados Unidos en 2011 y compitió en las pruebas olímpicas para los juegos de 2012 en Londres.

Jason Galarza dijo que ya estaba recibiendo ofertas favorables para Torres, de quien dijo tenía el potencial para luchar por cualquier campeonato mundial, hasta que enfermó.

“Tenía un gran corazón y determinación, pero para este momento él no ve nada positivo de su situación”, dijo Galarza. “Es simplemente difícil. Cada vez que lo miro, puedo ver el dolor en sus ojos”.

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