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La Araña Negra ya tiene estadio

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Casi 30 años después de su muerte, la Araña Negra, Lev Yashin, ya tiene un estadio con su nombre. Es el nuevo coliseo del Dinamo Moscú, que abrió este viernes por primera vez sus puertas.

“Estoy muy feliz de que lleve el nombre de mi abuelo. Es el mejor deportista que pisó el antiguo estadio, así que es lógico que el nuevo se llame Lev Yashin”, comentó a Efe Vasili Frólov, nieto del legendario portero soviético.

Con un aforo de 25.716 asientos, el VTB-Arena Estadio Central Lev Yashin acogió este viernes el primer entrenamiento del Dinamo, histórico equipo que ganó la liga soviética en once ocasiones, pero que ahora se encuentra en horas bajas.

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Yashin, que ganó cinco ligas con el Dinamo, fue campeón de Europa con la URSS en 1960 y es considerado el mejor guardameta del siglo XX, jugó más de veinte años en el viejo estadio antes de morir en 1990.

“Bienvenido a casa”, es el lema que se puede leer en la pantalla de la fachada del estadio financiado por el VTB, el Banco de Comercio Exterior de Rusia.

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La viuda del único guardameta que ganó el Balón de Oro (1963), Valentina Yashina, asistirá el domingo al partido inaugural que enfrentará al Dinamo y al Arsenal de Tula, la gran revelación de la liga rusa.

“Mi abuela ya ha estado en el estadio. Le parece bonito y moderno, aunque dice que echará de menos el antiguo. Necesita tiempo para encariñarse con el nuevo”, comentó Frólov.

Han pasado ya once años desde el cierre del anterior, por lo que sólo hay un jugador en activo en la plantilla que saltó al antiguo coliseo, el portero Antón Shunin, quien recordó que el equipo fue tercero en su última temporada antes de mudarse (2008).

Shunin compareció este viernes en el estadio junto al técnico del Dinamo, Dmitri Jojlov, que también jugó en el antiguo campo antes de colgar las botas.

“Yashin no sólo es una leyenda del fútbol ruso, sino un grande a nivel mundial. Quien sabe de fútbol, conoce a Yashin”, comentó a Efe en castellano Jojlov, antiguo jugador de la Real Sociedad.

El Lev Yashin es un estadio multiusos sin parangón en el mundo, ya que en su interior incluye no sólo un estadio de fútbol, sino un pabellón en el que se puede practicar hockey, baloncesto, balonmano, boxeo o patinaje, además de celebrar conciertos.

“No conocemos otro estadio igual”, comentó a Efe una portavoz del club, quien agregó que el Dinamo quiere acoger dentro de un año la fase final de la Euroliga de baloncesto.

Los diseñadores del estadio se proponían conservar los bajorrelieves que adornaban su fachada, ya que son patrimonio cultural, pero su mal estado impidió su restauración, por lo que el club decidió exponerlos en un museo permanente que será abierto en un futuro.

Cuando se anunció la demolición del viejo estadio, el Dinamo confiaba en que su nueva casa acogería partidos del Mundial, entre ellos el inaugural, pero la FIFA lo descartó.

Los retrasos en la construcción y el hecho de que el Spartak Moscú inaugurara su estadio ya en 2014 echaron por tierra las esperanzas del Dinamo, club conocido por estar vinculado a las fuerzas de seguridad soviéticas.

El estadio debía haber sido inaugurado en marzo pasado ante el Spartak Moscú, pero la Unión de Fútbol de Rusia aplazó el estreno debido al mal estado del terreno de juego.

El club se tuvo que gastar una buena cantidad de dinero en plantar un nuevo césped a tiempo para el último partido de la temporada.

Según la prensa, el Dinamo celebrará un amistoso ante un club europeo de renombre en el marco de una ceremonia oficial de apertura una vez hayan concluido todas las obras de ingeniería en las inmediaciones del estadio.

Jojlov expresó su confianza en que el estadio Lev Yashin sea el comienzo de una nueva era para el club, que hace dos temporadas incluso descendió de categoría, un duro revés para su fiel afición.

El Dinamo es ahora duodécimo clasificado en la liga rusa, por lo que no está amenazado de descenso a falta un partido para el fin del campeonato, pero prensa y afición esperaban mucho más.

Al respecto, Frólov, que al igual que su abuelo defendió la portería del Dinamo, aseguró que tiene esperanzas de que éste retome el vuelo, aunque advierte de que sólo las personas -directivos, técnicos y jugadores- y no los estadios pueden devolver al club moscovita al lugar que se merece.

El Dinamo ganó su último trofeo, la Copa rusa, en 1994 y no se alza con el título de liga desde 1976.

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