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Electorado de EE.UU, con los nervios de punta durante la jornada

Electorado de EEUU con los nervios de punta durante jornada
Carol Perticara de Geneva, Illinois, emite su voto en una escuela.
(AP)
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Planeó cuidadosamente un viaje en auto de cinco horas hasta su centro de votación en Tennessee para emitir su voto el día de las elecciones. Tomó en cuenta el tránsito, el clima, el repunte de casos de coronavirus y, algo que nunca imaginó tener que contemplar: la posibilidad de disturbios civiles tras los comicios presidenciales de Estados Unidos.

Los últimos cuatro años han causado tantos sobresaltos que cualquier cosa parecía posible para Lacey Stannard, esposa de un soldado. Trató de que le enviaran una papeleta a su hogar en una base militar en el otro lado del estado. Pero el secretario de su ciudad natal se negó.

El electorado da su veredicto sobre los cuatro años más divididos y tumultuosos de la historia moderna

Una parte de ella pensó que era una locura manejar 10 horas de ida y vuelta para emitir su voto a favor de los candidatos demócratas en un Tennessee republicano, pero una gran parte de ella pensó que valía la pena registrar su malestar.

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Muchos estadounidenses que se formaron desde antes del amanecer para emitir su voto el día de las elecciones están exhaustos de las constantes crisis, inquietos por las divisiones políticas y ansiosos por lo que pasará después. Al igual que aquellos que votaron de manera anticipada, su agonía no es en torno a decidir entre el presidente Donald Trump o su rival demócrata Joe Biden. La mayoría tomó esa decisión hace tiempo.

En lugar de eso, aquellos que están votando en cifras récord señalaron que los fundamentos democráticos se sienten repentinamente frágiles: ¿Contará su voto? ¿El perdedor aceptará los resultados? ¿El ganador encontrará una manera de reparar a una nación fracturada, enferma e inestable?

Stannard, de 28 años y madre de dos hijos, se puso en camino el lunes por la tarde para llegar a su centro de votación el martes temprano, y se apresuró a volver a casa antes de que una conclusión incierta pueda agravar la situación en un país que ya se encuentra en vilo, un temor que ella atribuye a la tendencia del presidente a poner a la gente a pelear entre sí.

En todo el país, los estadounidenses dijeron que el estrés de estas elecciones los enfermó físicamente. Otros han seguido obsesivamente las encuestas para calmar sus nervios, o comprado armas, o han buscado mudarse al extranjero, o se han retirado a una cabaña en medio del bosque.

La tensión se ha disparado, mientras cada bando cree que el otro está amenazando con poner fin a Estados Unidos tal y como lo conocemos.

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