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Casi todas las crisis de California tienen un efecto mayor en las comunidades latinas, dice un nuevo informe

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En este mes, hace cinco años, el rostro demográfico de California cambió por primera vez en su historia moderna. Los latinos se convirtieron en el grupo étnico más grande del estado, logrando un nuevo dominio, algo que se esperaba desde hace varias décadas.

Pero un nuevo informe muestra que los latinos están peor que el resto de los californianos en casi todos los grandes retos que enfrenta el estado, incluso a medida que su economía crece. Y aunque las cosas han mejorado en California, han prosperado menos para los latinos que para casi todos los demás.

“Hay grandes brechas”, dijo Mindy Romero, directora del Proyecto de Compromiso Cívico de California en la Universidad de California. “Hay mucho trabajo por hacer”.

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La investigación de Romero fue publicada la semana pasada por el California Latino Economic Institute, una organización sin fines de lucro que incluye una amplia muestra representativa de líderes empresariales, educativos y gubernamentales.

En un ejemplo tras otro, el informe de 43 páginas relata la lucha de los latinos por mantenerse al día con los residentes blancos y asiático-americanos. Los afroestadounidenses en California también han fracasado en mantener el ritmo, pero son una parte mucho más pequeña de la población del estado.

Casi todos los problemas que los funcionarios electos han luchado por resolver parecen aún peores para los latinos, que tienen casi el doble de la tasa de pobreza de los californianos blancos y menos de la mitad del crecimiento de los ingresos familiares en las últimas dos décadas en comparación con los estadounidenses de origen asiático.

En ninguna parte es más evidente que en el Área de la Bahía, donde los latinos tienen un ingreso medio de casi $37.000 menos que los asiático-americanos. La brecha en comparación con los residentes blancos es aún mayor.

Para los californianos, el sueño dorado depende de dónde vives y cuánto ganas.

Los investigadores también descubrieron evidencia clara de lo duro que ha sido la crisis de vivienda en el estado para los latinos. Los datos muestran que el 80% de los hispanos en California no ganan lo suficiente para comprar una casa que se vende al precio promedio en el estado. Otros también están luchando por convertirse en dueños de su propia casa, pero los salarios relativamente bajos de muchos de ellos- casi la mitad de los cuales trabajan en empleos de servicio y apoyo de oficina - lo hace mucho más difícil.

Las casas en las que viven tampoco son de buena calidad; el informe encontró que el 62% de los hogares latinos en la región de Los Ángeles son “deficientes”, definidos por las directrices federales como aquellos que tienen cocinas inadecuadas, mala plomería, están superpobladas o tienen precios excesivos.

La desigualdad en la educación complica aún más el panorama. El informe señala que muchos estudiantes latinos están “asistiendo desproporcionadamente a escuelas segregadas y de bajo rendimiento” y tienen menos acceso a los recursos que los prepararía para la universidad.

Los estudiantes latinos tienen tasas de graduación de la escuela secundaria por debajo del promedio general del estado. Menos de 1 de cada 3 hombres hispanos jóvenes tiene un buen desempeño en sus estudios como para ser elegibles a ser admitidos en un campus de la Universidad de California o de la Universidad del Estado de California.

Y ningún grupo étnico tiene una tasa menor de éxito en obtener un título universitario de cuatro años - ni ningún grupo ha visto una mejora tan anémica en esas cifras desde el año 2000.

Lo que los líderes de California pueden hacer con el nuevo informe está por verse. La representación latina está en su apogeo en la Legislatura y también es fuerte en la delegación al Congreso. Los legisladores han tomado medidas en el último presupuesto estatal para mejorar las vidas de los más necesitados, pero ningún grupo de californianos es tan grande y tan atrasado.

“El bienestar de los latinos impacta el bienestar general del estado”, dijo Romero la semana pasada. “Tenemos que empezar a tener algunas conversaciones realmente honestas”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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