Trump llama a la ‘guerra’ contra los cárteles de la droga después de la muerte de nueve ciudadanos estadounidenses en México
MEXICO CITY — Nueve ciudadanos estadounidenses fueron asesinados el lunes, cuando hombres armados emboscaron sus vehículos en el norte de México, un ataque brutal que hizo que el presidente Trump llame a una “guerra” contra los grupos criminales cada vez más poderosos de México.
Las víctimas, tres mujeres y seis niños, eran miembros de la familia LeBaron, vinculados con una secta mormona fundamentalista separatista, radicada hace muchas décadas en un tramo remoto de México, no lejos de la frontera con Estados Unidos.
El brutal ataque a una familia mormona estadounidense en una carretera...
Los familiares de los muertos publicaron un video que muestra los restos acribillados y carbonizados de un vehículo SUV en el que una mujer y sus hijos aparentemente resultaron quemados vivos.
El grupo fue emboscado mientras viajaba en una caravana de tres vehículos desde la ciudad de Galeana, Chihuahua, hasta Bavispe, Sonora, indicó el secretario de Seguridad mexicano Alfonso Durazo, en una conferencia de prensa realizada el martes por la mañana. Según Durazo los asaltantes podrían haber confundido a las víctimas con miembros de un cártel rival porque viajaban en grandes SUV, que son también empleados por grupos criminales. Al menos cinco niños fueron trasladados a Phoenix para recibir tratamiento.
El ministro informó que las fuerzas de seguridad mexicanas habían localizado a otros seis niños y una mujer que huyeron del ataque, y que todavía faltaba otro menor. Todas las víctimas halladas estaban lesionadas, dijo, y un niño tenía una herida de bala en la espalda.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador reveló que el mandatario estadounidense Donald Trump...
Durazo y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, remarcaron que los motivos del ataque no estaban claros. “Ha sido un área muy violenta durante mucho tiempo”, afirmó el mandatario. “Vamos a esperar para ver qué dicen las investigaciones sobre lo que realmente sucedió”.
El presidente Trump tuiteó enojado acerca de la emboscada, el martes por la mañana. “Una familia y amigos maravillosos de Utah quedaron atrapados entre dos viciosos cárteles de la droga, que se dispararon el uno al otro. Como resultado, fueron asesinadas muchas grandiosas personas estadounidenses”, escribió.
Las autoridades mexicanas acumulan un historia de errores y ridículos con el clan de Joaquín “el Chapo” Guzmán por el caos generado este jueves con el arresto y posterior liberación de uno de los hijos del narcotraficante.
Trump afirmó que Estados Unidos está listo para ayudar “si México necesita o solicita asistencia para limpiar de estos monstruos”. “Este es el momento para que México, con la ayuda de Estados Unidos, libre una GUERRA a los cárteles de la droga y los borre de la faz de la tierra”, tuiteó el presidente.
Su respuesta marcó una dura reprimenda a México, donde López Obrador ha dicho en repetidas ocasiones que no quiere entrar en guerra con los grupos criminales, alegando que la estrategia militarizada de sus predecesores convirtió a México en un “cementerio”.
México y Estados Unidos han cooperado durante mucho tiempo en materia de seguridad en el marco de la Iniciativa Mérida, una asociación multimillonaria en virtud de la cual EE.UU capacitó a la policía y los soldados mexicanos, y que impulsó también otras reformas de la justicia penal.
En las últimas semanas, mientras otros funcionarios estadounidenses señalaron que México no tiene una estrategia de seguridad convincente para combatir la creciente violencia, López Obrador expresó que Estados Unidos debe respetar la soberanía de su país y que “los funcionarios de otros países no deberían brindar opiniones sobre cuestiones internas, que sólo conciernen a nuestro gobierno”.
El mandatario mexicano reiteró ese punto el martes por la mañana en la conferencia de prensa, y remarcó que México actuará de manera independiente. “Estamos muy agradecidos con el presidente Trump, o con cualquier gobierno extranjero que quiera cooperar y ayudar”, aseguró, “pero en estos casos tenemos que actuar de manera independiente, de acuerdo con nuestra Constitución y nuestra tradición de independencia y soberanía”.
La masacre del lunes es la última de una serie de incidentes violentos extremos en México, que han creado las mayores crisis hasta la fecha para el joven gobierno de López Obrador.
El mes pasado, 13 personas fueron asesinadas en una operación federal fallida para capturar a un líder del cártel de drogas de Sinaloa, en la ciudad de Culiacán. Las fuerzas mexicanas decidieron liberar al cabecilla, Ovidio Guzmán, después de que el cártel asedió la ciudad durante varias horas.
A principios de mes, 14 fuerzas policiales estatales fueron emboscadas y asesinadas en el estado de Michoacán. En agosto, los cuerpos de 19 individuos fueron colgados de un puente y arrojados cerca de otra ciudad en Michoacán. También ese mes, 27 personas murieron quemadas cuando delincuentes incendiaron un club nudista en Veracruz, supuestamente después de que sus dueños se negaron a pagar extorsiones.
La región donde tuvo lugar la masacre del lunes ha sido una especie de zona anárquica durante mucho tiempo.
Se trata de un área montañosa muy remota, que es disputada principalmente por dos organizaciones criminales: el cártel de Sinaloa y La Línea, un grupo criminal vinculado con el cártel de Juárez.
La presencia mormona en la región se remonta a 1886, cuando la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días comenzó a tomar medidas enérgicas contra los polígamos; una secta que había abrazado esa tradición huyó de Estados Unidos y compró 50.000 acres de tierra en el estado mexicano de Chihuahua, pegadas al río Piedras Verdes.
En 1944, un miembro de esa comunidad, Dayer LeBaron, actuando en base a lo que, según dijo, era un mensaje de Dios, reubicó a su familia a unas 35 millas al sur y estableció una comunidad mormona separatista, conocida como Colonia LeBaron.
La secta tiene un pasado tumultuoso y, en ocasiones, violento. En 1993, un jurado federal en Texas condenó a tres miembros de una rama de esa comunidad por los asesinatos de tres exmiembros adultos y de un niño de ocho años de edad.
Más recientemente, el grupo tuvo reiterados conflictos con los locales sobre los recursos naturales, por ejemplo sobre los derechos del agua, y también fue víctima del crimen organizado.
En 2009, atacantes armados capturaron y mataron a Benjamín LeBaron, líder del grupo y bisnieto de su fundador.
LeBaron, ciudadano estadounidense, había encabezado protestas contra la violencia luego de que su hermano adolescente fuera secuestrado y retenido a cambio de un rescate de un millón de dólares. La familia se negó a pagarlo, y el adolescente finalmente fue liberado.
Los miembros de la comunidad, cuyas granjas de manzanas y nueces se encuentran en una ruta de tráfico de drogas y migrantes que conduce a Estados Unidos, defienden una mayor flexibilidad para las leyes de armas en México. Después de una ola de violencia en la región hace varios años, el gobierno permitió que el grupo formara una patrulla de ciudadanos armados.
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