Cómo fue que Donald Trump impactó tanto en los resultados presidenciales
LOS ANGELES TIMES — Las encuestas, predicciones de mercado y expertos políticos, todos contaban y daban la victoria a Hillary Clinton. Ya sea que simplemente reconocieran los diferentes caminos demócratas a la Casa Blanca o predijeron una victoria sin antecedentes que cambiaría el mapa electoral. Sin embargo, Donald Trump y sus miles de seguidores en sus eventos estaban convencidos que esos expertos eran parte del mismo sistema y establecimiento político contra los que ellos estaban luchando, y en el fondo sabían que estaban equivocados.
Había demasiado apetito para el cambio, Trump y sus seguidores dijeron. Clinton, en la vida pública por cuatro décadas, era demasiado polarizadora para ganar una nación dividida que clamaba el cambio, insistieron. Los medios de comunicación se había convertido en un canal totalmente desconectado de las señales que ellos proyectaban.
Conforme los votos por anticipado se fueron dando y los resultados empezaron a salir el martes por la noche, de repente fue claro que Trump, no solo mantendría la contienda muy cerrada, pero que tenía grandes oportunidades de ganarla.
La naturaleza de la contienda puede resultar sorpresiva para los analistas políticos de ambos partidos, pero los signos y señales estuvieron ahí todo el tiempo, desafiando a la política convencional que inició en el día que el magnate anunció su campaña presidencial y ya nunca se detuvo.
Trump habló constantemente del referéndum de Gran Bretaña, donde la mayoría de la gente votó para dejar la Unión Europea. “Brexit Cinco Veces” dijo en una ocasión en uno de sus mítines en Pennsylvania. Pero mientras que el la noción popular considera que los sondeos no pudieron predecir ese voto, no es verdad; muchas personas predijeron ese resultado, pero fueron ignoradas por los mercados de apuestas y expertos que decidieron jugar con su resultado preferido.
Los aspectos similares eran claros. Los dos movimientos estaban llenos de la clase trabajadora blanca, quien se sentía ignorada entre los cambios económicos y culturales.
Los expertos advirtieron consecuencias nefastas a la economía y a la seguridad nacional si los votos en Gran Bretaña decidía dejar al Unión Europea, al igual que en Estados Unidos, si escogían a Donald Trump. Los mismos expertos estaban seguros que los votantes seguirían su liderazgo.
Sin embargo, estos votante se burlaron de esas elites en la medida que hablaban de la globalización e inmigración y decidieron que valía la pena apostar para desmantelar ese sistema que ellos veían como corrupto.
“El se ha levantado por la gente que ha sido ignorada”, dijo Tammy Tavalsky, una mujer de 50 años que es propietaria de una compañía de impresión junto con su esposo, y atendió a uno de esos mítines en Johnstown, Pennsylvania.
Tavalsky, como muchos de los seguidores de Trump, expresaron miedo que la gente estaba llegando a la ciudad de todos lados, solo para colectar estampillas de comida, recibir ayuda del programa de bienestar ‘welfare’ y otros beneficios a costillas de los residentes locales.
“La gente de la clase media está pagando por ellos”, había indicado.
A pesar de que Trump parecía afectarse él mismo con insultos fuera de control, cargados de retórica racista, revelaciones de situaciones complicadas en el pasado, momentos engorrosos en los medios, o políticas mal planeadas, sus seguidores lo perdonaron, dándole la razón de que los mismos medios de comunicación corruptos y deshonestos estaban protegiendo al establecimiento político. Incluso, los partidarios más renuentes se unieron al movimiento porque estaban preocupados con el control de la Suprema Corte o simplemente no confiaban en Clinton.
“No hay un hombre perfecto”, dijo Joyce Case, un cosmetólogo de 56 años, originario de Fletcher, Carolina del Norte. “Él no tiene nada que pueda compararse con lo que ha hecho la familia Clinton cuando han estado en el poder, ambos”, indicó.
En uno de sus momentos más bajos el mes pasado, cuando se dio a conocer un video del 2005 donde Trump presumía de sus habilidades con las mujeres, algunos de los líderes políticos del partido lo empezaron a abandonar. Las encuestas inmediatamente mostraron a Clinton remontando los resultados con grandes márgenes, una ventaja que amenazaba extenderse a las carreras políticas del Congreso y ponía en peligro el control de los republicanos en el Senado; inclusive, ponía en juego su ventaja de dos dígitos en la Casa de Representantes.
Gente del mismo equipo de Trump cuestionaba su viabilidad como candidato, una estrategia que parecía fuera de lugar y en el mejor de los casos autodestructiva, en su punto más bajo.
“¡Él no tiene absolutamente una razón electoral para estar en Wisconsin!”, se quejó un desilusionado funcionario republicano después de un evento en Green Bay que parecía designado a entablar la conexión nuevamente entre el Presidente de la Casa de Representantes, Paul D. Ryan, el republicano que lo abandonó después de darse a conocer los videos del 2005.
Pero Trump siguió adelante, insistiendo que las encuestas estaban desestimando su apoyo, ya sea que lo hicieran deliberadamente para disminuir la asistencia de sus seguidores o porque no pudieron detectar el entusiasmo que él vio en los salones de convenciones, ferias en Colorado, Carolina del Norte y Minnesota.
En la medida que Trump parecía sobrevivir a los sondeos, Clinton tentativamente rebasó los estados que se supone ella necesitaba para ganar, como el estado de Michigan, Wisconsin y Pennsylvania con la esperanza de redibujar el mapa e incluir Arizona. Luego de obtener grandes ventajas en Virginia y Colorado en Julio y Agosto, ella eliminó la publicidad de esos lugares para llevar más recursos a otros lugares.
No era solo un motivo lo que fue determinante: Clinton y su equipo pensaron que necesitaban apoyar a los estados con alta población latina para contrarrestar las ventajas que Trump tenía con la clase trabajadora blanca.
La semana pasada surgieron indicios de que la apuesta de la candidata demócrata pudiera ser contraproducente. Las encuestas la mostraban con pequeñas ventajas o empates en los estados de batalla, pero a la candidata le faltó la precaución que tuvo Obama cuatro años antes.
Y Trump, revivió en las últimas semanas. El candidato empezó a hablar en forma más agresiva sobre sus posturas. Su manager de campaña Kellyanne Conway insistió el domingo que la Trump tenía por lo menos seis combinaciones entre los estados que podían llevarlo a la victoria.
Clinton, su esposo, Obama y otros representantes del partido estaban regresando a lugares aparentemente seguros como los estados de Michigan y Virginia.
“Nos están siguiendo en los estados azules”, dijo Conway en una conferencia con algunos reporteros. “Hemos estado expandiendo nuestro mapa, y ahora estamos compitiendo en estados donde la gente nos escribió desde hace meses”.
En un movimiento de audacia sorprendente, Trump tuvo una manifestación en el pasillo del aeropuerto de Minneapolis el domingo, reuniendo a miles de personas en un estado que no ha sido republicano desde 1972, el más largo período comparado a cualquier otro estado.
Después de una noche en un día de maratón, Trump llegó a Virginia, su quinto estado del día. Cientos de personas, no tantas como él había dicho, pero las suficientes considerando la hora, ya que estaba lleno de gente y no todas cabían dentro de las instalaciones.
“Vamos a tener una de las grandes victorias de todos los tiempos”, le dijo Trump a ellos. “Esta victoria va a ser Brexit 50 veces”.
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