Anuncio

OPINIÓN: Los paisanos jóvenes también se merecen un futuro

Decenas de jóvenes llenan los pasillos y el atrio durante una protesta dentro del edificio de oficinas del Senado el 9 de noviembre de 2017 en Washington, DC. Los 'soñadores' protestaban instando a los republicanos del Senado a apoyar el programa de Acción Diferida para las Llegadas de Niños (DACA).
(Mark Wilson/Getty Images)
Share via

La relación de México con sus comunidades en Estados Unidos pasa por uno de los momentos más desafortunados. Cierto, nunca se ha hecho mucho por ellos, pero ahora estamos peor. Recientemente y de manera independiente hubo dos noticias que perjudican a los jóvenes que viven en la Unión Americana: la disminución considerable del programa IME-Becas y las tensiones acerca del tema de los llamados Dreamers, cuya mayoría son mexicanos.

El programa IME-Becas otorga becas a jóvenes mexicanos para ayudarles en sus estudios. No se trata de becas completas como las que da el Conacyt, sino de pequeñas ayudas para la compra de libros o el pago de colegiaturas. Funcionan además en la lógica de que la institución donde el mexicano estudia pone una parte por lo menos igual a la que aporta el programa.

Sería desalmado que el presidente Trump ponga fin a la política creada durante el gobierno de Obama, de no deportar a los inmigrantes que fueron traídos al país sin autorización cuando eran niños.

Por su estatus migratorio, para muchos de esos mexicanos es la única opción de apoyo que tienen. En 2018 se destinaron dos millones de dólares que son totalmente insuficientes y en 2019, apenas la cuarta parte, ¿por qué? todas las evaluaciones que se han hecho del programa son positivas. Resultan además un mecanismo mediante el cual los consulados se relacionan con sus comunidades que participan activamente en la decisión y distribución de las becas.

Anuncio

Con relación a los Dreamers, el presidente Obama aprobó, mediante un memorándum, el programa llamado DACA (por sus siglas en inglés), que en términos generales permite a los inmigrantes que llegaron a Estados Unidos de manera indocumentada, siendo niños, llevados por sus padres, permanecer en ese país y estudiar o trabajar regularmente.

El presidente Trump afirmó en una serie de tuits, este domingo por la mañana, que los agentes de la Patrulla Fronteriza no pueden hacer bien su trabajo debido a las “ridículas leyes liberales (demócratas)”, que permiten que aquellos que son detenidos por encontrarse en el país sin autorización sean liberados mientras esperan su audiencia frente a un juez federal de inmigración.

800 mil jóvenes aplicaron a este programa, de los cuales 600 mil son mexicanos. Es muy discutible afirmar que estos jóvenes violaron alguna legislación, ya que los que decidieron fueron sus padres y no había manera de que los hijos se resistieran. Así, crecieron en Estados Unidos, ahí está su familia y sus amigos. La mayoría de ellos se dan cuenta que no son iguales a sus amigos hasta su juventud, al intentar realizar algún trámite oficial. Es en ese momento cuando sus papás tienen que confesarles que no están de manera autorizada en Estados Unidos.

Por su parte, el presidente Trump se ha opuesto a este programa y por todos los medios a su alcance ha intentado detenerlo. El tema está en tribunales en una especie de vacío y la semana pasada amenazó con volverse a meter en este asunto.

Entre los afectados por la anulación de DACA también hay docentes

Una lección de educación cívica en tiempo real podría llegar a algunas aulas de Los Ángeles cuyos profesores están entre los 800,000 inmigrantes jóvenes protegidos contra la deportación por el programa DACA.

En ambos temas, que afectan directamente a jóvenes mexicanos que están en Estados Unidos, el gobierno de México ha mantenido un silencio vergonzoso. Claro, afirma en lo general y desde la campaña que apoyará a las comunidades mexicanas en Estados Unidos, pero hasta la fecha todo lo que ha hecho es en contra de ellas.

Esa actitud contrasta con los programas que este gobierno impulsa en México como el de Jóvenes Construyendo Futuro, en el cual apuesta a ese sector de la población. Peor aún, el gobierno mexicano destina 30 millones de dólares a la implementación del mismo programa en Honduras. Sí, leyó bien, 60 veces más de lo que destina a los jóvenes mexicanos en Estados Unidos en el programa IME-Becas.

En cuanto al programa DACA, existe un consenso en Estados Unidos sobre las bondades del mismo y la viabilidad de incorporar a estos jóvenes a la sociedad estadounidense. Para el presidente Trump bastaría un memorándum mediante el cual se prolongaría el programa, ni siquiera tendría que pasar por el Congreso y nadie se opondría a ello. Es algo que podría otorgar sin mayor problema.

¿Por qué México, que tanto aborda temas migratorios y concede a Estados Unidos lo que quiere, ni siquiera ha tenido el valor o la claridad para pedirle a la administración Trump que haga algo a favor de los jóvenes DACA? ¿Por qué ahora que se va a Estados Unidos a ser evaluado, en un acto de subordinación único en la historia, no se pide abordar el tema de los jóvenes DACA?

Total, si se le quiere cambiar de nombre al programa IME-Becas y llamarlo Jóvenes Construyendo Futuro en Estados Unidos, adelante. Si se pone el tema de los DACA en la mesa en la que se nos evaluará, lo peor que puede pasar es que no pase nada y que las cosas sigan como están. Pero por lo menos hay que intentarlo. ¿Por qué le tenemos tanto miedo a Trump?

México se equivoca al no apostar por su comunidad en Estados Unidos. Se equivoca aún más al no apoyar a los jóvenes mexicanos en EE.UU. Esos jóvenes son mexicanos y también se merecen un futuro.

* El doctor Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

Anuncio