OPINIÓN: Los oídos sordos de los hombres al reclamo más que justificado de las mujeres

Veo esta imagen en Facebook y me llama la atención por muchos motivos. Por la evidente juventud de la mujer que protesta. Por el coraje de enfrentar con piedras un camión de la fuerza de carabineros. Porque a pesar de que han pasado ya 12 semanas, las protestas en Chile no disminuyen, a pesar de todos los pronósticos que aseguraban que “pronto se cansarían”.

Pero me ha llamado la atención fundamentalmente porque de los más de 450 comentarios que se han hecho a esa imagen, una minoría destaca la fuerza, el coraje, la determinación, los motivos de la lucha.

En cambio, muchos, y eso me motivó a escribir esta pequeña reflexión, hacían referencia al cuerpo, a las nalgas, a la cintura, al pantalón corto de la joven. Le decían “mamasota” y otras vulgaridades que realmente provocan no sólo el repudio, sino también una reflexión a fondo del machismo y las actitudes de los hombres.

Este es uno de los comentarios: “Por lo menos que se vayan con ropa adecuada para aguantar madrazos, no con shorts y ombliguera… Claro, la feminidad ante todo…”

Pero los comentarios desagradables y fuera de lugar no sólo provenían de hombres. Una mujer, por ejemplo, decía que lo único que esta joven buscaba era que algún carabinero la violara y otra más mencionaba que: “Todas súper sexy para que no se quite la oportunidad de lucir cuerpo, por si acaso llega el amor de su vida jajajaja”.

En estos momentos en el que las mujeres han desarrollado importantes movimientos de protesta reclamando sus derechos, la equidad de género, y la violencia contra ellas -entre otras muchas cosas- estos comentarios reflejan que el machismo está incrustado en lo más profundo de la mentalidad de muchos hombres y desgraciadamente, también de muchas mujeres.

Estos comentarios son reveladores porque muestran, con toda claridad esa la falta de respeto que muchas mujeres han denunciado constantemente, y que frecuentemente muchos hombres no hemos escuchado, quiero pensar que porque no lo entendíamos.

Es tiempo de luchar junto a ellas en contra de la violencia de género, de la violación, de las diferencias salariales, en favor de sus derechos. No es sólo por ellas, sino también por nosotros los hombres. Luchar a su lado, garantiza un mundo mejor para todos.

En este año que comienza, tal vez lo menos que podemos hacer por nuestras hermanas, hijas, madres, tías, abuelas, por la mitad de la población del mundo, es empezar a escuchar lo que con tanta vehemencia han venido diciendo desde hace tanto tiempo.