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OPINIÓN: Los migrantes y los gobernadores ‘polleros’

Inmigrantes se congregan en las afueras de la Iglesia Episcopal St. Andrews en Martha's Vineyard
Inmigrantes se congregan en las afueras de la Iglesia Episcopal St. Andrews en Martha’s Vineyard el 14 de septiembre del 2022. El gobernador de Florida Ron DeSantis envió dos vuelos con inmigrantes a Martha’s Vineyard, escalando una táctica de gobernadores republicanos para atraer atención a lo que llaman políticas fallidas de inmigración del presidente Joe Biden. (Ray Ewing/Vineyard Gazette via AP)
(Ray Ewing / Associated Press)
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Quizá el mayor obstáculo para que el tema migratorio se aborde de manera más racional en Estados Unidos es lo que podríamos llamar una sobre politización electoral del mismo.

Algunos políticos, sobre todo del partido Republicano, creen que presentar a los migrantes como un riesgo y como generadores de desorden les aportará votos o por lo menos se los quitará al contrincante si se logra convencer a los votantes que él es favorable a la inmigración y no hace lo suficiente por proteger sus fronteras y los empleos de los estadounidenses. Ahora que se acercan las elecciones de medio término y de algunos gobiernos estatales, se intensifican esas acciones.

La academia o las organizaciones civiles pro migrantes no han sido capaces, a pesar de la abrumadora cantidad de información, de atraer el tema hacia perspectivas económicas, sociales, demográficas o humanitarias que no solo corresponden a la realidad y se pueden fundamentar con datos, sino que permitirían encontrar soluciones. Pocos temas generan tanto consenso entre los académicos que al mismo tiempo ha sido estéril para generar programas o políticas públicas.

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La semana pasada los gobernadores de Texas y Florida enviaron a migrantes que la patrulla fronteriza detuvo en sus estados y los enviaron a la ciudad de Washington, más específicamente a la zona en donde se encuentra la residencia oficial de la vicepresidenta Harris y a una pequeña y apacible isla en el estado de Massachusetts esencialmente turística.

La intencionalidad y las estrategias empleadas no dejan lugar a ninguna duda. En estricto sentido no se trata de transportar detenidos. Los inmigrantes potenciales una vez que por ejemplo han solicitado asilo o refugio son liberados en territorio estadounidense mientras se desahoga su solicitud y pueden desplazarse libremente en el país. En ese momento alguien se acerca y les dice “¿quieres ir al norte de manera gratuita?” y por supuesto que los inmigrantes aceptan. Es decir, esos gobernadores hacen exactamente lo mismo que los llamados polleros y debieran ser juzgados por tráfico de personas.

No se trata de ayudarlos, sino de usarlos de una manera que, por decir lo menos, cuestiona los valores democráticos y humanitarios de una sociedad. Muchos de ellos tienen familiares o amigos ya establecidos en Estados Unidos y lo que les ofrecen no es transportarlos hacia ellos, sino a destinos escogidos por esos gobernadores, donde simplemente los abandonan. Como para hacer visible un problema. Las estrategias son tan burdas que no avisan a las autoridades locales de esas llegadas. Los únicos advertidos fueron los reporteros de la cadena Fox que tradicionalmente es antiinmigrante.

Ni siquiera se trata de miles de migrantes. Son apenas decenas estratégicamente abandonados donde pueden ser más vistos y generar más desorden. La mezquindad y perversidad política en su máxima expresión.

Lo inmediato son las llamadas elecciones intermedias pero lo que está en el horizonte es la elección presidencial. Ambos gobernadores (Texas y Florida) buscarán ser candidatos del partido republicano.

Los migrantes ni siquiera se quejan de haber sido llevados y abandonados en esos lugares. Estar en la ciudad de Washington o en la isla Martha´s Vineyard en el estado de Massachusetts es el menor de sus males y no se compara con lo sufrido en el trayecto y la corrupción que, según ellos mismos declaran, enfrentaron en México. Esa corrupción que AMLO dice ya se terminó.

Las reacciones y respuestas del lado del partido demócrata tampoco son las mejores. Los tibios discursos de la vicepresidenta Harris diciendo que la frontera con México es segura aun siendo cierto, contrasta con los millones de detenidos por la patrulla fronteriza y la reforma migratoria que Biden prometió en campaña descansa tranquilamente en los cajones de los congresistas.

En la medida en que se acercan las elecciones, una vez más y a pesar de toda la información que demuestra sus bondades, la migración parece que pierde la batalla en Estados Unidos.

* Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

TW: @mexainstitute

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