¿Qué significaría la confirmación de Kavanaugh para las elecciones de noviembre?
Esto es lo que supongo: si el Senado controlado por los republicanos promueve al juez Brett Kavanaugh hacia la Corte Suprema, eso ayudará a los demócratas el día de las elecciones. Si Kavanaugh es rechazado, los republicanos recibirán un impulso.
Eso se debe a que los votantes demócratas estarán tan irritados con la aprobación de Kavanaugh, que se presentarán en números inusualmente altos para apoyar a los candidatos de su partido, el 6 de noviembre (ya estaban conmocionados por las acciones del presidente Trump antes de la nominación de Kavanaugh).
Y, viceversa: si Kavanaugh es rechazado -y a los conservadores se les niega una sólida mayoría de 5-4 en la corte- los republicanos estarán tan amargados que habrá una mayor concurrencia de votantes de ese partido.
Entonces, los republicanos podrían ganar la Corte Suprema y perder el Congreso, o al menos la Cámara. Para los demócratas, la peor pesadilla podría convertirse en realidad en el tribunal supremo. Pero podrían vivir el sueño de recapturar al menos la mitad del Congreso.
¿Cuál es el mejor ‘término medio’? Un puesto de por vida en la Corte Suprema con control ideológico en el futuro inmediato supera con creces a la mayoría del Congreso, que es mucho más cíclica.
De todos modos, esa es mi tesis sobre ganar uno y perder uno. “Es demasiado pronto para evaluar las implicaciones políticas”, afirmó Mark Baldassare, presidente y encuestador del Public Policy Institute of California. “Pero no es demasiado pronto para decir que [la pelea por la confirmación] es algo tan grande que impulsará la participación de votantes”.
La contienda “motivará a los votantes marginales de ambos partidos a presentarse”, remarcó Bob Shrum, un veterano estratega demócrata, director del Jesse M. Unruh Institute en USC, especializado en política.
Una encuesta publicada por el instituto de políticas de Baldassare a finales de septiembre, mostró que el 74% de los probables votantes de California consideran que la selección del próximo juez de la Corte Suprema es “muy importante” para ellos, “personalmente”. Esto fue especialmente cierto entre los demócratas.
Las mujeres, que ya se inclinaban hacia los demócratas, se han ido desplazando aún más a la izquierda durante la presidencia de Trump, según mostró un reciente sondeo de USC Dornsife/Los Angeles Times. La consulta, efectuada a nivel nacional, detectó que las mujeres favorecían a los demócratas en 28 puntos porcentuales entre los posibles votantes.
Después de la audiencia tumultuosa de la semana pasada, a cargo del Comité Judicial del Senado, los expertos políticos prevén un giro aún mayor de las mujeres hacia los demócratas. El comité está dominado por los republicanos por 11 a 10, y todos los miembros de ese partido son hombres blancos.
La audiencia televisada “reforzó la imagen de que el partido republicano consiste en un grupo de viejos blancos enojados, y a la larga eso no ayuda al partido”, expuso Darry Sragow, un exestratega demócrata que ahora publica el no partidista California Target Book, que evalúa las carreras legislativas y del Congreso.
“Ello dificulta especialmente que las mujeres suburbanas educadas en la universidad voten por los republicanos este otoño”, remarcó Rob Stutzman, un consultor republicano.
La mayoría republicana del comité básicamente ignoró el testimonio de Christine Blasey Ford, profesora de la Universidad de Palo Alto, quien acusó a Kavanaugh de haberla agredido sexualmente cuando eran adolescentes. Él negó la cuestión enfáticamente.
“Parece que somos muy sordos”, aseguró el veterano estratega republicano Mike Murphy. “Pensé que no estaba bien”.
California tiene un papel importante en estas elecciones de mitad de mandato, señaló Murphy. Un puñado de escaños del Congreso del sur de California podrían cambiar de republicanos a demócratas y costarle el control de la Cámara al partido oficialista.
“Estos son distritos suburbanos, en los que las votantes blancas y educadas se identificarán con el argumento demócrata” contra Kavanaugh. Muchas temen sus puntos de vista conservadores sobre el derecho al aborto y otras causas sociales liberales apoyadas en California. “Vamos a perder votos”, advirtió Murphy.
El estratega dirige, junto con Shrum, un nuevo Centro para el Futuro Político en USC, un programa que enseña a los estudiantes civismo político.
La civilidad política no está de moda en esta era de polarización y beligerancia. Eso hace de la senadora de California Dianne Feinstein un objetivo. Ella es uno de los miembros más civilizados y productivos del Congreso, y la demócrata de mayor rango en el Comité Judicial.
Feinstein, fuertemente favorecida para ganar un quinto mandato en noviembre próximo, es acusada por los fogosos Berniecrats (demócratas seguidores de Bernie Sanders) y su oponente favorito, el senador estatal Kevin de León (D-Los Ángeles), de ser “débil” y demasiado amable con Trump y los republicanos. Sin embargo, la legisladora mostró sentido común y fuerza en las audiencias del Comité Judicial.
Los republicanos, los izquierdistas demócratas y De León la criticaron por no revelar la carta de Ford que detallaba las acusaciones de la profesora contra Kavanaugh. El FBI podría haber investigado durante semanas, según los críticos, algo que no iba a suceder porque Trump y el partido republicano no lo deseaban.
Finalmente, el senador republicano Jeff Flake, de Arizona, forzó una investigación limitada del FBI como un intercambio por su voto decisivo en el comité, lo cual envió la nominación de Kavanaugh al Senado. Los demócratas lograron la investigación, después de todo.
Ford le pidió a Feinstein que no divulgara públicamente su nombre. La senadora cumplió con el pedido no dando a conocer la carta, hasta que la profesora le narró su historia al Washington Post. Era ético por parte de Feinstein hacerlo.
En cuanto a Kavanaugh, su supuesto accionar cuando era un joven de 17 años podría haber sido perdonado por algunos si hubiera confesado y hecho un mea culpa. Pero él afirmó que la cuestión nunca sucedió. Yo le creo a Ford. Y creo que él miente. Un mentiroso descarado y flagrante no debería integrar la Corte Suprema.
Ahora, otras mujeres también acusan a Kavanaugh por ebriedad y mala conducta sexual en su juventud.
Sumado a ello, el magistrado no mostró exactamente un temperamento judicial en la audiencia del comité. Exhibió beligerancia, autocompasión, falta de control y un sesgo político inadecuado para un juez de la Corte Suprema.
La lección de todo esto es: madres y padres, remarquen en casa a sus jóvenes hijos varones que “no” significa no, y que el consumo excesivo de alcohol en los menores de edad puede arruinar el resto de sus vidas.
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