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Columna: ¿Las gafas de su hijo se han roto? No hay problema, aquí recibe otro par

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Durante décadas, era un hecho que uno sería estafado al comprar anteojos. Claro, es posible que hubiera comprado monturas y lentes de alta calidad, pero los márgenes de ganancia podían ser tan altos como 1.000%.

Últimamente, sin embargo, una serie de nuevas empresas llegaron al mercado con nuevas tecnologías y modelos comerciales, destinados a proporcionar a los consumidores gafas de alta calidad a precios más asequibles. He escrito sobre varias de ellas.

Hoy destacaré dos empresas del sur de California dignas de consideración, una de las cuales es pionera en ofrecer una suscripción de lentes. Primero, sin embargo, un repaso rápido.pro

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La industria de las gafas está dominada por un sólo gigante, EssilorLuxottica, que es el mayor fabricante mundial de monturas y lentes. Si usa anteojos de diseñador, probablemente sean monturas hechas por la compañía. Sus marcas propias y con licencia incluyen a Armani, Brooks Bros., Burberry, Chanel, Oliver Peoples, Persol, Polo Ralph Lauren y Ray-Ban.

La firma también posee u opera LensCrafters, Pearle Vision, Sunglass Hut, Sears Optical y Target Optical.

El sector de la óptica, dominado por un puñado de fabricantes importantes empeñados en sofocar la competencia, está listo para entrar en escena.

Y debido a que EssilorLuxottica es poseedora además del seguro EyeMed, tiene una enorme influencia sobre las tiendas ópticas independientes; toca prácticamente todos los aspectos del mercado de anteojos.

El único competidor serio de EssilorLuxottica, el proveedor VSP Global, posee Marchon Eyewear, que tiene licencias de Calvin Klein, Karl Lagerfeld, Lacoste, Nautica, Nine West, Nike y otras marcas. VSP adquirió recientemente Visionworks, una de las cadenas de ópticas más grandes del país.

Ha tomado un tiempo, pero la creciente disposición de los consumidores a comprar gafas en línea creó una oportunidad para empresas que no quieren regirse bajo los términos de EssilorLuxottica y VSP.

Charles Dahan sabe por experiencia propia que las personas que compran anteojos son víctimas frecuentes de estafa.

Un nuevo jugador intrigante es Fitz Frames, con sede en Sherman Oaks, que reconoció la necesidad de que los padres puedan comprar anteojos fuertes y asequibles para sus hijos, y reemplazarlos después de que inevitablemente estos sean destrozados por cuestiones normales de niños.

“Tenemos hijos”, afirmó la fundadora, Heidi Hertel. “Sabemos que los cristales se rompen. Queríamos que los reemplazos fueran asequibles para las familias, y abandonar el pegamento y la cinta adhesiva”.

Lo que hace diferente a Fitz es su modelo de suscripción. Una compra única de anteojos para niños comienza en $95 por monturas y lentes de visión única. Pero por $185 uno puede obtener dos pares de anteojos, además de un número ilimitado de marcos de reemplazo durante todo el año.

A menudo, los modelos de suscripción, ya sea de transmisión de películas, música o cuchillas de afeitar, funcionan mejor para las empresas que para los clientes. Pero este puede ser el raro ejemplo en el que los consumidores (léase: padres) tienen más beneficios.

Los nuevos lentes deben pagarse después de los primeros dos juegos de reemplazo, pero, dependiendo de la naturaleza del accidente, es posible que simplemente se pueda transferir los cristales originales a los nuevos marcos.

Igualmente genial, la compañía utiliza impresión 3D para que cada par sea un ajuste personalizado. Mi hijo lo probó. Nos pareció fácil e intuitivo usar la aplicación de la compañía para mapear su rostro con la cámara de su teléfono inteligente. Cuando las gafas llegaron, un par de semanas después, le quedaban perfectas. También lucían agradables y fuertes. Los marcos están hechos de un polvo de poliamida a base de nylon, lo cual les brinda una durabilidad suficiente para las actividades rudas. “Mi hijo cambia de gafas como de cordones de zapatos”, afirmó Gabriel Schlumberger, director ejecutivo de la compañía. “Queríamos abordar eso”.

Y si este tipo de cosas es importante para usted, las gafas de Fitz se fabrican completamente en EE.UU; toda la producción se efectúa en Youngstown, Ohio.

Mientras tanto, Lensabl, con sede en Culver City, está expandiendo sus horizontes. Cuando escribí por primera vez sobre la compañía, a principios de este año, esta se centraba exclusivamente en proporcionar lentes nuevos para marcos antiguos. Ahora Lensabl ofrece monturas y cristales desde $97 por anteojos completos de visión única, y desde $197 por multifocales.

“Desde el primer día, nuestro objetivo era crear una empresa donde se consiguiera todo”, dijo Andy Bilinsky, director ejecutivo de la compañía. “Esto nos acerca más a esa idea”.

Las lentes están hechas localmente. Los armazones de acetato se producen en China, algo que no debe tomarse como un demérito. Muchas de las monturas -si no la mayoría- ahora provienen de China, aunque algunas de las mejores marcas hacen todo lo posible para evitar que el cliente lo sepa.

Así es como funciona: la ley dice que el país de origen de un producto debe reflejar el último lugar donde se realizó una “transformación sustancial”. En el caso de las gafas, eso significa que, a pesar de que todos los componentes pueden haber sido producidos en China, y probablemente lo fueron, las piezas se atornillaron, por ejemplo, en Italia, por lo tanto las gafas pueden identificarse como “Hechas en Italia”.

Bien por Lensabl, que no se suma a esos juegos sucios.

Según Bilinsky, las empresas emergentes como la suya reconocen que, durante demasiado tiempo, algunos consumidores fueron víctimas de ciertos conglomerados de gafas que se salieron con la suya, con precios casi monopolísticos. “Queremos ser accesibles”, afirmó. “Queremos ser económicos. Y queremos que la gente regrese”. El siguiente paso para la empresa: lentes de contacto.

He dicho todo el tiempo que, a medida que las personas se sientan cómodas gradualmente comprando zapatos en línea sin probárselos primero, estarán de acuerdo con comprar gafas en línea. Lo he hecho, y soy tan exigente como pocos.

Las aplicaciones de “prueba virtual” utilizadas por la mayoría de las compañías de gafas en línea son cada vez mejores. En realidad, nada reemplazará el ponerse los anteojos sobre el rostro, pero compañías como Lensabl y Fitz están descubriendo rápidamente cómo minimizar el riesgo para las personas (y simplifican las devoluciones).

Igual de importante, están transfiriendo sus ahorros a los clientes, lo cual significa que un par de anteojos de alta calidad comprados en línea ahora podría costar aproximadamente la mitad de lo que valían en una tienda física hace unos pocos años. “No buscamos quedarnos en el negocio por un par de años”, afirmó Bilinsky. “Estamos en esto a largo plazo”.

Es decir, hasta que Amazon decida ingresar al negocio de las gafas. Pero esa es otra historia.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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