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Las caravanas abrieron una nueva ruta migratoria en su paso por México, señala estudio

Inmigrantes esperan por una respuesta en la solicitud de asilo en Otay Mesa, en diciembre pasado.
(John Gibbins/San Diego Union-Tribune)
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La movilización de migrantes centroamericanos, aglutinados en una amplia caravana desde Honduras, captó los reflectores a principios de 2019, ese desplazamiento inédito por el territorio mexicano tomó una dirección hacia el estado de Coahuila, el cual según un estudio “mostró el camino” a otros.

El Colegio de la Frontera Norte (Colef), con sede en Piedras Negras (Coahuila), estudió ese fenómeno migratorio y en un coloquio en la ciudad fronteriza de Tijuana mostraron los avances, revelando que después de la caravana “siguieron llegando muchísimos migrantes centroamericanos” por esa ruta.

Julio Viaje, de 30 años, hace unos días almorzó en un restaurante haitiano en Tijuana, viendo un partido de futbol europeo con amigos mientras esperaba que diera la hora para su turno como barman.

Así lo aseguró a Los Angeles Times en Español, Felipe Javier Uribe, investigador del Departamento de Estudios de Población en el Colef, en entrevista telefónica.

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“Una de las cuestiones que nos planteábamos es: ¿Por qué llegó a Piedras Negras?”, contó el investigador sobre la caravana que ingresó a Coahuila el 4 de febrero pasado, en la que iban alrededor de 1.800 personas, un par de meses después que otro grupo masivo llegara a Tijuana.

Piedras Negras, con unos 250 mil habitantes en su área metropolitana, se encuentra fronteriza a Texas, sólo es separada por el Río Bravo. Al pasar ese afluente pernicioso se encuentra la ciudad estadounidense de Eagle Pass, la que los migrantes sueñan pisar si sobreviven a las turbulentas aguas.

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En el pasado, esta ruta ha sido habitual para los mexicanos que desde el centro de esa nación intentan llegar a Estados Unidos.

“Lo que hemos visto es una disminución de la migración mexicana por esta región”, plantea Uribe, quien viene estudiando los flujos migratorios desde hace una década.

Es a partir de 2013, aproximadamente, cuando los centroamericanos comienzan a asomarse por esta región de forma esporádica, movilización que coincide con la migración de menores no acompañados y grupos familiares que irrumpió en 2014, cuando fueron detenidas 68.684 por la Patrulla Fronteriza.

El punto álgido en Piedras Negras, sin embargo, se vivió en febrero con la caravana que fue objeto de estudio por parte del Colef, a través de 10 investigadores de diferentes especialidades, desde que ese grupo salió de San Pedro Sula (Honduras) hasta que abandonaron los dos albergues en la ciudad.

“Lo que nos planteaban es [que] está más cerca, Tijuana es más lejos, no hay tanta inseguridad”, fueron las explicaciones que los migrantes dieron a su paso por esta zona.

Los centroamericanos fueron alojados en dos locaciones; una para las mujeres y familias, y otra para hombres. Desde que pisaron el territorio de Coahuila fueron atendidos con transporte por parte de las autoridades estatales y federales. Ahí recibieron alimentación y agua caliente, entre otros servicios.

Los investigadores sometieron encuestas durante 15 días aproximadamente. Al desaparecer la caravana, comenzaron a entregar reportes. El pasado 29 de agosto dieron otros hallazgos en el coloquio “Nuevos patrones de migración centroamericana a Estados Unidos: la caravana en Piedras Negras, Coahuila”.

La modalidad de caravana se disipó, pero no el de la migración.

“La caravana como que mostró el camino”, dijo Uribe. “No sólo de Centroamérica, se está viendo un fenómeno también de otros países como Haití, Cuba y África, que están presentándose también”.

A pesar del endurecimiento de las políticas estadounidenses y mexicanas, la migración sigue encontrando las formas de evadir los cercos de seguridad en las fronteras.

Desde que Estados Unidos cambió las normas de asilo, existe un funcionario municipal en Piedras Negras encargado de procesar los casos de las personas que quieren seguir en busca del “sueño americano”.

La caravana como que mostró el camino. No sólo de Centroamérica, se está viendo un fenómeno también de otros países como Haití, Cuba y África, que están presentándose también.

— Felipe Javier Uribe, investigador del Colegio de la Frontera Norte

Dicho trámite está coordinado con las autoridades estadounidenses y con el Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano.

“Se les atiende, lo que pasa es que la capacidad de atención es de 10 ó 20 diarios, por eso mucha gente intenta pasar por el río sin esperar a seguir los caminos administrativos”, apuntó Uribe.

“Trae sus consecuencias, muchas personas han muerto ahogadas en el río o deshidratadas en la travesía, entonces se generan muchos problemas”, abundó.

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El estudio completo será publicado en revistas y libros.

Este investigador es doctor en Ciencias Sociales y es profesor-investigador de el Colef, adscrito al Departamento de Estudios de Población.

El Colef, fundado en 1982, cuenta con ocho sedes en la república mexicana. La oficina principal está en Tijuana. Este centro académico, desde una perspectiva multidisciplinaria, genera conocimiento científico sobre los fenómenos regionales de la frontera entre México y Estados Unidos.

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