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Hospitales enfrentan poca preparación y suministro para ayudar a pacientes de coronavirus

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Los enfermeros de California salen al público para revelar que los hospitales de Estados Unidos no estan preparados para servir a los pacientes de coronavirus al confirmar poca planificación, mala comunicación entre sí e inclusive escasez de equipo.

National Nurses United (NNU) ahora solicita que OSHA actúe antes de que sea demasiado tarde.

Una encuesta nacional de 6,500 enfermeros y personal de atención médica de primera mano, destaca que la gran mayoría de los hospitales y centros de atención médica de Estados Unidos no están preparados para manejar y contener casos de COVID- 19, de acuerdo a NNU, la asociación sindical y profesional más grande del país con hasta 150 mil miembros.

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Solo el 44% de los enfermeros encuestados informa que su empleador les ha proporcionado información sobre nuevos coronavirus y cómo reconocer y responder a posibles casos. Otro 58% informa que su empleador ha instituido la detección del historial de viajes/exposición para todos los pacientes con fiebre y, o síntomas respiratorios.

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NNU está solicitándole a la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos que adopte un estándar temporal de emergencia para proteger a los trabajadores de la salud, los pacientes y el público. Y es que actualmente, no existe un estándar obligatorio de enfermedades infecciosas de OSHA a nivel nacional.

Los enfermeros alegan altos porcentajes de hospitales sin planes, procedimientos de aislamiento y políticas vigentes para COVID-19; así como que la comunicación al personal por parte de los empleadores es deficiente o inexistente, y que los hospitales carecen de existencias suficientes de equipo de protección personal (EPP) o no están haciendo disponibles las existencias actuales, y no han brindado capacitación y práctica al personal sobre cómo usar los EPP adecuadamente.

Solo el 30% informa que su empleador tiene suficientes existencias de equipos de protección personal para proteger al personal si hay un aumento rápido en pacientes con posibles infecciones por coronavirus.

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Además, solo el 63% de las enfermeras informan tener acceso a respiradores N95 en sus unidades mientras el 65% informa haber sido capacitado para ponerse y quitarse el EPP de manera segura en el año anterior.

“Los resultados de la encuesta confirman lo que hemos estado escuchando de las enfermeras de todo el país: los hospitales no están preparados”, dijo Bonnie Castillo, enfermera registrada y directora ejecutiva de NNU.

“Esta crisis destaca el sistema de atención médica completamente fracturado de nuestro país y la falta de inversión en salud pública. El resultado de este caos es que los trabajadores de la salud, los pacientes y toda la comunidad están expuestos a este virus y corren un riesgo innecesario”, indica.

Por ahora, los enfermeros han exigido que los empleadores de los centros de atención médica, la administración presidencial y los funcionarios de salud y organismos reguladores federales y estatales sigan el principio de precaución en su respuesta a COVID-19, lo que significa que actúan para proteger a los trabajadores, pacientes y al público incluso antes de que sepan con certeza que algo es dañino.

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Solo el 14% informa que su empleador tiene un plan de desbordamiento para colocar personal capacitado adicional para permitir la provisión de atención segura a los pacientes en aislamiento por posible nuevo coronavirus. El 43% informa que no lo saben.

Tanto enfermeros como otros trabajadores de la salud buscan recibir el más alto nivel de protección en sus lugares de trabajo mientras los CDC deben mejorar los criterios de detección y la capacidad de prueba para garantizar el reconocimiento rápido y la respuesta a los casos de COVID-19, sostienen.

Asimismo, piden que La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional deba promulgar una Norma Temporal de Emergencia para proteger a los trabajadores de la salud de enfermedades infecciosas emergentes como COVID-19 lo antes posible.

“El Congreso y la administración deben asegurarse de que cualquier vacuna o tratamiento para COVID-19 que se desarrolle con dólares de los contribuyentes estadounidenses se proporcione al público estadounidense cuando sea necesario de forma gratuita”, añaden en su pedido.

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Cathy Kennedy, enfermera registrada y vicepresidenta del Consejo Ejecutivo de NNU asevera que las enfermeras confían en que se pueden contener esta enfermedad y prevenir muertes.

“Pero nuestros empleadores y el gobierno deben proporcionarnos las pautas, el personal, el equipo y los suministros correctos para que podamos hacer este trabajo de manera segura. Nosotros, nuestros pacientes y el público no merecemos nada menos que eso”, dice Kennedy.

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