Anuncio

Coronavirus, ¿el principio de un Apocalipsis? Experto responde 6 desafiantes preguntas

Los expertos en economía hablan de recesión mientras los científicos buscan una vacuna apresuradamente.
(Health Protection Agency / Associated Press )
Share via

La pandemia del coronavirus ha dejado al mundo desbastado con millones de personas preguntándose cómo surgió la enfermedad, cuando aparecerá la vacuna para está y cuántos más morirán.

Los fallecimientos aumentan, las recaídas de aquellos que habían sanado surgen y los enfermos se siguen agregando a la lista mientras otros se quedan sin empleo, sin hogar y al borde la indigencia.

Los expertos en economía hablan de recesión mientras los científicos buscan una vacuna apresuradamente, lo que lleva a mucha gente a creer que esta pandemia es el principio del apocalipsis.

Anuncio

El Apocalipsis, el último libro del Nuevo Testamento de la biblia, es un libro de carácter profético, donde se encuentra una serie de revelaciones que describe eventos y acontecimientos que, en un sentido cristiano, hablan del fin del mundo.

Un experto en teología habla con esta reportera y dice que el apocalipsis de hecho sí viene.

¿Es el coronavirus el principio del fin?

Aquellos que creen en el apocalipsis salen al público en las redes sociales para dar sus propios puntos de vista, enfatizando que con la venida del antecristo (el demonio aparentando ser bueno), surgen las plagas y las enfermedades, en este caso el nuevo coronavirus, así como la guerra, la hambruna y la muerte.

Los doctores le dijeron que tenía un 15 por ciento de probabilidades de vida

Describen entonces en las redes sociales a los Cuatro Jinetes de la biblia como precursores del apocalipsis, y donde son nombrados como castigos de Dios, uno de los castigos sería el coronavirus.

Apocalipsis 6:2- “Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer”. Este jinete representaría al anticristo y a las falsas religiones.

Apocalipsis 6: 7-8-El caballo pálido- Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: «¡Ven y ve!». ¡Miré, y he aquí un caballo amarillo! El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía él. Se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, el hambre y la peste, y con las fieras de la tierra. El color pálido del cuarto caballo se piensa que representa miedo, enfermedad, decadencia y muerte.

La joven empezó a sentirse físicamente débil desde el pasado 23 de marzo; con malestar de garganta, tos seca, dolor de cuerpo y dolor de cabeza.¡

Apocalipsis 6:4- El jinete del caballo rojo y la guerra. “Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.”, lo que representaría a las guerras entre las naciones.

Apocalipsis 6: 5-6- El Caballo Negro. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: «¡Ven y ve!». ¡Miré, y he aquí un caballo negro! El jinete tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de entre los cuatro seres vivientes, que decía: «Un litro de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario, y no dañes el aceite ni el vino». Este tercer jinete se considera generalmente el que simboliza la gran hambruna.

Para responder a las preguntas, el padre Allan Deck Figueroa y profesor de teología en Loyola Marymount University se dirige a los fanáticos.

1. ¿Es el coronavirus el principio del fin? La cadena de acontecimientos ha llevado a mucha gente a ver el coronavirus como el principio del apocalipsis o el fin del mundo, pero si nos remontamos a otros tiempos siempre desde hace 2000 años han ocurrido desastres naturales y pandemias, así como recesión y guerra.

Titulares de TPS están en la primera línea de lucha ante COVID-19

2. ¿El coronavirus es castigo de Dios? Siempre han dicho que lo malo que ocurre es castigo. No se trata de castigos sino del hecho de que hay maldad e imperfección en el mundo, como resultado de la libre voluntad del hombre que lleva a consecuencias destructivas y la muerte. El mensaje por encima de la justicia de Dios es su misericordia, no debemos dejar a la pandemia contribuir a una imagen falsa de Dios como castigador. No es una figura vengadora.

3. ¿Va a ocurrir un apocalipsis? En el cristianismo aceptamos esta visión apocalíptica porque insistimos que la vida del hombre tiene un sentido, y la historia es la manera en la que estamos poco a poco a poco aproximándonos a esa finalidad. La muerte de cada persona es momento apocalíptico para quien la experimenta, pero sí habrá un momento colectivo de apocalipsis. Sin embargo, no sabemos cuándo vendrá este, pero el coronavirus no es ese principio. Nadie puede predecir o determinar el fin.

4. ¿Qué cree que es el coronavirus entonces? Tal vez es la respuesta es la misma respuesta que damos a la pregunta del por qué el hijo de Dios se hizo hombre, al hacerse hombre Dios mismo se sometió a exactamente lo mismo que experimentamos ahora; la muerte el sufrimiento, las limitaciones, el camino atraviesa el calvario por ello la cruz es símbolo poderoso de nuestra fe. Por detrás de ese símbolo esta la respuesta. No se trata de fingir como si el camino para nosotros fuera pura salud buena, siempre sentirse bien, se sigue un camino de sufrimiento para llegar a la plenitud de vida. Podemos seguir este camino porque es el mismo camino que Jesús siguió.

5. ¿Qué nos trae de aprendizaje el coronavirus? El refrán típico ‘no hay mal que por bien no venga’. La pandemia trae consigo la oportunidad para apreciar la vida familiar y las amistades, muchas cosas que tomamos por dado. En estas situaciones llegamos a sentir aprecio, gratitud por cosas que no apreciamos como la salud. Hay una reflexión sobre la vida agitada y loca que vivimos. La solución es una actitud de una ayuda mutua.

6. ¿Qué le dice a la gente que cree que esto es el final de nuestros días? sugeriría que estudien. Tenemos que aprender de la experiencia humana, y si entendemos la historia de pandemias y desastres no vamos a dejarnos caer en una interpretación incorrecta, exagerada.

Anuncio