Los conductores de autobuses del Metro de Los Ángeles exigen que se les dé un pago de riesgo por coronavirus
Los conductores de autobuses del metro dijeron que enfrentan un mayor riesgo de contraer el coronavirus a medida que los casos de COVID-19 aumentan en el condado de L.A. y las líneas de autobuses se llenan más.
Los conductores de autobuses del condado de Los Ángeles organizaron el viernes una protesta frente a la sede de la Autoridad Metropolitana de Transporte, exigiendo el pago de riesgos para los empleados de tránsito que trabajan durante la pandemia de COVID-19.
Los conductores de autobuses con camisas azules y chalecos de color neón tocaron los tambores y alzaron carteles, incluidos algunos que decían: “Honk 4 MTA drivers” (Toca la bocina por los conductores de MTA) y “Got hazard pay?” (¿Cuentas con pago por condiciones de trabajo peligrosas?).
Los conductores dijeron que enfrentan un mayor riesgo de contraer el coronavirus a medida que aumentan los casos en el condado de Los Ángeles y las líneas de autobuses se llenan más. Metro redujo el servicio de autobuses en abril en aproximadamente un 29% después de que la cantidad de pasajeros e ingresos se desplomaran, pero los pasajeros están regresando, dijeron los conductores.
“Queremos que Metro reconozca que somos L.A. -que movemos a L.A.”, dijo Sandra Pineda, conductora y funcionaria de uno de los cinco sindicatos locales de conductores de autobuses. La protesta no fue organizada por el sindicato de conductores de autobuses, una filial local de SMART, la Asociación internacional de trabajadores de metalurgia, aire, ferrocarril y transporte.
Casi cuatro docenas de conductores han dado positivo por COVID-19, y uno ha muerto. Wilfredo Corsino, de 65 años, trabajó en Metro durante 23 años, más recientemente como capacitador de nuevos conductores en las rutas de autobuses del centro, dijeron sus compañeros de trabajo.
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El alcalde Eric Garcetti, presidente de la junta directiva de Metro, dijo que simpatiza con los peligros que enfrentan los conductores de autobuses. Agregó que los directores de Metro han autorizado a los negociadores para discutir el tema con los sindicatos que representan a los trabajadores de Metro.
“Estoy absolutamente a favor de tratar de averiguar si podemos permitirnos dar un incremento”, manifestó Garcetti.
El coronavirus ha afectado profundamente la principal fuente de ingresos de Metro, reduciéndolos por impuestos a las ventas en un 30% en abril y mayo, expuso el presidente ejecutivo Phil Washington el mes pasado. Garcetti dijo que la agencia enfrenta un déficit de mil millones de dólares.
El portavoz de Metro, Dave Sotero, aseguró que los conductores recibieron un aumento del 4.5% el 1 de julio, garantizado a través de un contrato sindical aprobado en 2017, y que la agencia está “comprometida a avalar que todos los empleados permanezcan en el trabajo, sin permisos ni despidos”.
Algunos conductores tenían carteles que instaban al Congreso a aprobar un paquete de alivio de coronavirus de $2 billones, llamado Ley de Héroes, que podría ayudar a Metro a cubrir el costo del pago de riesgos para los empleados de tránsito.
La legislación otorgaría a los trabajadores esenciales un aumento retroactivo de $13 por hora, efectivo desde el comienzo de la pandemia hasta el 31 de diciembre. El pago de riesgo se limitaría a $25.000 para los trabajadores que ganan menos de $200.000 al año.
Uber y Lyft solían ser los líderes indiscutibles en la provisión de trabajos para los contratistas independientes que querían conducir para vivir. El coronavirus cambió eso.
“Deberíamos ser tratados tan bien como las personas que trabajan en supermercados y en Amazon”, dijo el operador de Metro Johnny Moreno, quien conduce el autobús de la Línea 30. “También somos esenciales”.
El hijo de Moreno, que comienza el sexto grado en otoño, tiene una afección cardíaca y un sistema inmunitario debilitado. Moreno expuso que escucha a los pasajeros toser en su autobús y le preocupa que pueda trasmitir la enfermedad a su familia.
“No puedo besarlo, ni abrazarlo”, dijo Moreno.
Después de que los conductores de autobuses dijeron que tenían miedo de ir a trabajar en un espacio cerrado y con extraños, muchos de los cuales no usaban mascarillas, Metro aprobó una regla de uso de cubiertas faciales obligatoria para todos los pasajeros. Pero esa regla no tiene lógica, dicen los conductores, porque no pueden rechazar el servicio a los pasajeros que no la obedecen.
“No queremos sentir que somos desechables”, manifestó la conductora Emma Bolton, quien se unió a la protesta en su descanso. Ella dijo que le preocupa que los autobuses de la Línea 720 y la Línea 745 estén demasiado llenos para que los pasajeros practiquen el distanciamiento físico.
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