Para Brian Ceballo, el boxeo es el camino, la música su pasión y representar sus raíces es su prioridad

Brian Ceballo estaba muy chico para recordar la travesía que vivieron sus padres al salir de la República Dominicana y llegar a Estados Unidos, él nació en medio del trayecto, en Puerto Rico. Con el tiempo llegó a entender y su apreciación hacia sus padres es enorme.

Siendo dominicano de sangre, el ser boricua es también parte de su vida, por lo que quiere que la afición sepa que representar dos banderas al mismo tiempo cuando sube al cuadrilátero tiene mucho valor y significado para él. Además, no olvida la tierra que ha hecho de él lo que es hoy, por lo que viste una bandana con los colores de Estados Unidos.

“Cargo la de República Dominicana y la puertorriqueña porque son parte de mi… y la de Estados Unidos porque es aquí donde he vivido y crecido”, dijo Ceballo (11-0, 6 KOs) a LA Times en Español previo a su pelea del jueves. El invicto boxeador de 26 años enfrentará a Larry Gómez (10-1, 8 KOs) en el Wild Card Boxing Gym (6 p.m. PT, NBC Sports), de Hollywood, California.

En cada combate, Ceballo espera seguir dando un paso importante para lograr sus sueños de campeonatos mundiales, por lo que siempre tiene en mente el sacrificio de sus padres.

×

“Supe durante mi adolescencia, pero como todo joven escuchas y no te das cuenta del reto que vivieron para darte una mejor vida, no lo entiendes como deberías”, explicó Ceballo. “Es porque los niños y adolescentes son egoístas por naturaleza. Ellos sacrificaron mucho y el boxeo me ha hecho sacrificar muchas cosas también. Casi no tuve una niñez porque solo iba de la escuela al gimnasio a la casa”.

Pero ahora dice verlo y estar agradecido, en particular porque el crecer en Nueva York no fue necesariamente fácil.

“Era sido fácil caer en cosas malas solo estando en frente de la casa, con pandillas, drogas y gente de mala influencia”, señaló. “Mi mamá obviamente no estaba de acuerdo que me dedicara al boxeo, pero ¿Qué madre normal lo aceptaría para su hijo? (risas)”.

No fue hace mucho que Ceballo entendió que su camino era el boxeo y que esto es lo que debía hacer con su vida. En diciembre de 2016, vivió un momento de amargura que lo empujó a buscar el profesionalismo, pues perdió un combate, según él, de una manera controversial ante Quinton Randall.

“La gente de US Boxing incluso sintió que debí haber ganado ese combate, pero en realidad creo que sí perdí porque no hice las cosas como siento que podía hacerlas en un 100%”, confesó el peleador.

Sin embargo, en 2017 durante unos enfrentamientos para seleccionar a los peleadores que representarían a los Estados Unidos en las Olimpiadas, nuevamente sintió que estaba siendo injustamente catalogado y prefirió dejar el campamento.

“Ya no podía seguir más, soy una persona calmada, les dije ‘gracias’ y me fui a buscar el camino a ser profesional”.

Su versatilidad como boxeador es parte de su arsenal, pero también es versátil abajo del cuadrilátero, pues tiene una carrera como ingeniero de audio, algo que estudio debido a su amor por la música y aprender las cosas técnicas que envuelven ese oficio. También está tomando clases de actuación, toca la guitarra, piano, canta, edita no solo videos, pero también vocalizaciones y pistas.

Aparte de la ingeniería de audio, tiene una carrera en finanzas, con la que maneja su propio gimnasio en Nueva York, Bout Fight Club.

Ceballo sabe usar su tiempo libre y el COVID-19 le presentó quizá más tiempo del que él esperaba pues desde su último combate en octubre de 2019, ha tenido que esperar cerca de 14 meses para volver a un cuadrilátero completamente vacío.

“No habrá nadie en el lugar que vamos a pelear, pero ya lo hecho en ese tipo de circunstancias”, recordó. “Peleé en la cartelera de ‘GGG’-Canelo 2 y yo fui la segunda o tercera pelea, solo los jueces estaban ahí. Estoy acostumbrado, no había nadie realmente en esa inmensa arena”.

Ceballo es parte de la agencia Split T Management, la misma que promueve a Teófimo López, con quien ha coincidido en varios eventos y recuerda uno en particular el de una cartelera en 2018 en Nueva York.

“Estábamos en los pesajes juntos, fuimos al doctor e incluso fuimos a traer comida juntos, y ahí me di cuenta lo buena persona que es”, recordó. “Me ofreció de su comida, me dijo ‘toma, tienes que comer algo hasta que puedas ir a traer tu comida del otro lugar’. Comí un poco de pollo que me dio, pero fue un gran gesto de su parte”.