El ‘César del Boxeo’ tendrá su último combate de exhibición el 19 de junio cuando enfrenta a Héctor ‘Machito’ Camacho, el hijo de su fallecido amigo
De pie y cara a cara, Julio César Chávez no puede ignorar el pequeño copete que adorna la frente de su rival de la pelea de exhibición del 19 de junio en la Arena Jalisco (6 p.m., FITE.tv). Héctor Camacho Jr. ha llevado el mismo estilo de copete que hizo singular a su legendario padre.
Ese careo es cuando los peleadores buscan inculcar el miedo en los corazones de sus rivales y tomar ventaja mucho antes de subir al cuadrilátero. Sin embargo, para el legendario boxeador, estar frente a ‘Machito’ lo lleva en un viaje nostálgico que data al 12 de septiembre de 1992, en una histórica noche de Las Vegas.
Aquel combate marcaría no solo un momento importante en su carrera boxística, pero el inicio de una amistad muy distinta e inesperada en medio de la guerra del cuadrilátero de México-Puerto Rico.
“Contento por hacer un tributo a mi gran amigo – que en paz descanse – Héctor ‘Macho’ Camacho, que se nos fue muy pronto”, dijo Chávez en una videollamada desde su campamento en México. “Cuando me propusieron hacer esta exhibición con el hijo, la verdad me dio nostalgia y a la vez un poco de sentimiento, pero acepté porque que él y yo fuimos enemigos arriba del ring, pero fuimos grandes amigos abajo del ring”.
Julio César Chávez
En aquella ocasión, Chávez enfrentó y venció por decisión unánime (119-110, 120-107 y 117-110) a un exuberante y colorido Camacho. Era el combate esperado, el que todos querían ver y que finalmente no defraudó.
Ellos llegaron en sus mejores momentos de sus carreras, Chávez con un impresionante invicto de 81 peleas, mientras que Camacho tenía una foja de 41 victorias y una derrota, además de nunca haber sido derribado o noqueado.
“Son sentimientos encontrados porque la pelea con ‘Macho’ Camacho fue la pelea mediática que jamás se había visto en la historia en México”, recordó el ‘César del Boxeo’. “No ha habido otra pelea que haya paralizado a México más que esa”.
Él recordó lo mucho que habló el puertorriqueño previo a ese combate; Chávez asegura que Camacho hizo su trabajo para “calentar la pelea”, pero supo respetar a su familia, a diferencia de muchos otros peleadores que usan esa táctica para vender boletos.
Chávez tuvo grandes batallas en su carrera, pero fue contra Camacho la que le dejó recuerdos más allá del cuadrilátero.
“Me pasearon desde el aeropuerto hasta Los Pinos como si yo fuera el Papa. La gente abarrotó las calles; fue una locura. Fue algo increíble que no se va a repetir en muchos años”.
En su tiempo, a pesar de la victoria, muchos aseguraron que Chávez pudo haberlo noqueado, que por su amistad pudiera haberle dejado mantenerse en pie.
Óscar De La Hoya vs. Julio César Chávez: La pelea que generó gran atención hace 25 años presentó a un hombre que personificaba el boxeo mexicano y un hombre que sería criticado por no ser lo suficientemente mexicano.
“Era duro de noquear… nadie lo pudo noquear. Mucha gente dice que fue una pelea fácil para mí porque le gané en los 12 rounds, pero no, fue una pelea muy cansada para mí. Muy estresante porque ‘Macho’ Camacho se movía mucho y yo tenía que forzarlo, tirar muchos golpes. Era la única manera que le podía ganar. Terminé muy cansado, muy agotado. Después de la pelea le dije: ‘Ya no eres ‘Macho Menos’, ahora eres ‘Macho Time’’… él se portó muy valiente en esa pelea”.
Tras esa velada, el mexicano extendió una invitación muy especial para su rival, algo que le pareció muy extraño a Camacho, pues las locuras eran su especialidad y una vez más Chávez le habría ganado la partida, esta vez fuera del ring.
Chávez pensó que no le aceptaría el convite, pero Camacho accedió y ambos disfrutaron “una semana de fiesta” en Culiacán, Sinaloa. El boricua entonces le pagó de la misma forma y lo llevó a Puerto Rico por siete días.
Esos viajes terminaron por cimentar la amistad entre ellos y aunque tenían una agenda muy cargada por sus profesiones, abrían espacios para verse y disfrutar de la presencia mutua.
“‘Pisteábamos’ (tomábamos) unas cervezas, entre otras cosas. Éramos muy traviesos”, dijo el campeón con una sonrisa picaresca.
La amistad se mantuvo firme por muchos años hasta el día del fallecimiento del boricua.
Dos días antes de ser declarado muerto, Camacho había recibido un impacto de bala mientras estaba dentro de un auto como pasajero. El 24 de noviembre de 2012, Camacho fue desconectado del soporte vital artificial que lo mantenía con vida. El conductor del auto en el que Camacho viajaba recibió dos disparos y murió al momento.
⸬
¿Cómo te enteraste de la muerte de Camacho?
Chávez frotó sus manos, volteó su cara hacia la ventana, quizá tratando de evitar la pregunta. Su sonrisa se desvaneció, pero como el campeón que es, no la evadió… aunque al parecer le conectó un gancho al hígado. Nueve años después, al guerrero de mil batallas aún le cuesta superar el fallecimiento de su amigo.
El tono de voz ya no era el mismo.
“Fue un día muy triste para mí. Yo estaba en Culiacán, desafortunadamente salió la noticia y yo no pude comunicarme con la familia”, se lamentó Chávez. “Quería ir al funeral… no pude ir, no pude estar con él. Después hablé con su familia y les di mi pésame, pero fue un día muy triste, muy doloroso”.
La última vez que se vieron fue en Puerto Rico, hace 15 años, en un tiempo en el que ambos lidiaban sus propias batallas contra las drogas y el alcohol. Chávez estaba en recuperación.
Los problemas de adicción habían manchado los últimos años de carrera a Chávez, quien se vio de pronto alejado de su esposa y seres queridos, la situación lo llevó a optar por el suicidio. Por suerte, el disparo de su arma no dio en la cabeza como lo tenía planeado.
Según reportes documentados en septiembre de 2020, Chávez había tocado fondo y quitarse la vida pareció ser la solución a sus problemas. El legendario pugilista dijo a un medio en México haber intentado llevar a cabo el suicidio, pero el arma le falló.
“Yo ya estaba limpio, tengo 12 años limpio. Él desafortunadamente aún consumía y me le perdí en Puerto Rico porque me quería hacer (tomar) y hacer de la otra cosa… me le perdí y fue la última vez que lo vi”.
— Julio César Chávez sobre la última vez que vio vivo a su amigo y rival ‘Macho’ Camacho
Durante su viaje de visita a su amigo en Puerto Rico, Chávez evitó volver a caer en las tentaciones de las drogas y el alcohol, pero la historia de Camacho era otra.
“Yo ya estaba limpio, tengo 12 años limpio. Él desafortunadamente aún consumía y me le perdí en Puerto Rico porque me quería hacer (tomar) y hacer de la otra cosa… me le perdí y fue la última vez que lo vi”, recontó el boxeador de 58 años.
Esa noche del 19 de junio será una velada muy familiar para Chávez pues sus hijos, Julio y Omar, también llevarán a cabo sus propios combates. Chávez Jr. lo hará frente al peleador de artes marciales mixtas, el brasileño Anderson Silva, mientras que Omar llevará a cabo la trilogía contra Ramón Álvarez, quien es el hermano de la superestrella Canelo Álvarez.
Tras varios años de llevar a cabo peleas de exhibiciones desde que se retiró profesionalmente, él anunció que esta será la última vez que la leyenda mexicana vestirá los guantes, pues como dice, “el cuerpo no da para más”, pero lo hará de una manera muy especial.
“Voy a subir con la misma vestimenta que subí con él… en homenaje a [Camacho]. Creo que su hijo subirá con la vestimenta que subió ‘Macho’ Camacho y va a ser algo bonito”, dijo Chávez. “Él desde el cielo lo va a estar viendo”.
Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.