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Ciro Guerra trae su camaradería al Oscar

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Desde que “El abrazo de la serpiente” fue nominada a un Oscar, el nombre de Ciro Guerra ha resonado con más fuerza que nunca. Pero si el director colombiano se hubiera salido con la suya, la cinta hubiera sido una especie de ofrenda anónima colectiva.

“Voy a ser muy franco aquí, voy a hablar de lo único en lo que creo que fallé”, dijo Guerra el sábado en el simposio de candidatas a mejor película en lengua extranjera. “Esta película no se suponía que iba a tener créditos. Esta película se suponía que iba a ser una película anónima en cierto modo ... como un regalo colectivo para el mundo. Realmente soñé que fuera así”.

El cineasta hizo esta declaración cuando el moderador del evento, el productor estadounidense Mark Johnson, preguntó a los directores de los filmes postulados si se sintieron solos durante sus respectivos rodajes o si tuvieron alguien en especial en quien pudieron apoyarse.

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“Por mucho tiempo me molestó tomar crédito por el filme. Por razones contractuales tuvimos que poner los créditos, pero este filme en particular todos lo hicimos juntos. Este equipo y este elenco fueron mucho más lejos de lo que suelen ir y hay varios momentos en el filme que yo no siento que estaba dirigiendo”, dijo Guerra, quien relató que a veces tenían oportunidad de hacer una sola toma para aprovechar unos momentos de luz, sin haber ensayado lo suficiente, y que de algún modo el equipo y el elenco hacían que funcionara.

“Para mí este filme destruyó muchas de mis ideas sobre dirección”, recalcó. “Nunca sentí que estuve solo. Me ha pasado en mis películas previas ... pero en este caso ... el equipo trabajó de una manera tan humana y espiritual y hubo una conexión tan profunda con el ambiente, que me resulta difícil pensar en mí mismo como el director”.

Este ambiente de camaradería, acorde con la filosofía indígena que presenta en su película, se sintió a lo largo del simposio entre los otros directores nominados y sus respectivos equipos, y con especial gracia entre los propios realizadores, que en lugar de contrincantes parecían amigos.

Guerra compartió el escenario del Teatro Samuel Goldwyn, ubicado en la sede de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas en Beverly Hills, con los directores de “El hijo de Saúl” (Hungría), László Nemes; “Theeb” (Jordania), Naji Abu Nowar, y “A War” (Dinamarca), Tobias Lindholm. La realizadora de “Mustang” (Francia) Deniz Gamze Ergüven no estuvo presente, pues en la víspera asistió a los Premios César del cine francés, donde fue galardonada, y se encontraba viajando a Los Angeles para estar presente el domingo en los Oscar.

Contrario a lo que muchos pensaron desde que Guerra empezó a buscar financiamiento y hasta la primera semana del estreno en Colombia - que una película sobre el Amazonas rodada en blanco y negro y hablada en lenguas nativas era un gran riesgo financiero - “El abrazo de la serpiente” ha disfrutado de gran éxito. Tras la nominación al Oscar se reestrenó en su país y logró llegar a nuevos mercados del mundo. Según Johnson, esta y las otras cuatro nominadas ya están generado ganancias.

“Soy un gran creyente de que no hay mejor camino al éxito financiero que a través del éxito artístico”, dijo Guerra arrancando fuertes aplausos del público.

“De hecho la nominación de Ciro nos propinó ventas a nosotros también en Colombia. Es tan exitoso que nos está generando a nosotros dinero”, señaló el director de “Theeb”, Naji Abu Nowar, haciendo reír a los presentes.

Johnson, que como productor de “Rain Man” se alzó con el Oscar a la mejor película en 1989, dijo en su discurso de apertura que por años ha sentido que el premio a la mejor cinta en lengua extranjera es el más importante de todos, porque “ayuda a recordar que la Academia no es solo americana sino verdaderamente internacional y que celebra lo que el mundo entero tiene que ofrecer, no solo Hollywood”.

Destacó además el hecho de que los cinco nominados de este año son treintañeros y que tres de ellos consiguieron la candidatura con su ópera prima (“Mustang”, “El hijo de Saúl” y “Theeb”).

“El hecho de que estos cineastas hoy salieron virtualmente de la nada y lograron tener el gran impacto que tuvieron en un escenario internacional resulta desconcertante, alentador y excitante”, señaló.

Al principio del simposio Guerra presentó al astro de su filme, el nativo colombiano Antonio Bolívar, como “alguien muy especial para nosotros” que llegó directamente del Amazonas. El debutante de 71 años estaba sentado en el público con el actor belga Jan Bijvoet y el actor estadounidense Brionne Davis, quienes dan vida en la cinta a los primeros exploradores que recorrieron el Amazonas colombiano. También presentó a la productora Cristina Gallego, “la primera persona que creyó en este filme como nadie más lo hizo”, al coguionista Jacques Toulemonde, el director de cinematografía David Gallego y la diseñadora de producción Angélica Perea, entre otros miembros de su equipo. Su madre y su hermana también lo acompañaron.

“Es maravilloso estar aquí”, dijo el cineasta colombiano. “Son 100 años de cine colombiano. Nos tomó mucho tiempo llegar hasta acá”.

Los Premios de la Academia se entregan el domingo en el Teatro Dolby de Los Ángeles.

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