En sus últimas horas, Isela Vega quería levantarse de la cama porque buscaba estar lista para Iñárritu
En los delirios de sus últimas horas, la primera actriz Isela Vega soñaba son levantarse de la cama del hospital a caminar y retomar su carrera, pues tenía pendiente el rodaje de la película Limbo, que dirige en la CDMX Alejandro González Iñárritu.
La protagonista de La Viuda Negra estuvo internada en el Instituto Nacional de Cancerología desde el 1 de marzo, hasta la noche del martes, cuando falleció a las 22:10 horas, pero su mente no estaba en el edificio, sino en salir.
“Me dijo cosas muy lindas en su delirio, que quería caminar conmigo toda la vida, que nunca dejáramos de caminar juntas, pero ella ya no podía caminar porque se nos podía caer y también tenía un desplazamiento de cadera porque se había caído en Acapulco varias veces.
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“Esa noche le sobé su manita, le puse música relajante, le dije que durmiera un ratito y le prometí que cuando despertara la iba a llevar a caminar, que si quería la llevábamos a bailar. Siempre le dijimos que la queríamos ver salir de ahí bailando para hacer sus proyectos y eso la animaba cañón”, contó en entrevista su nieta, Tania María Vázquez, hija de Arturo Vázquez.
A la actriz, de 81 años, le detectaron cáncer de pulmón el 9 de febrero, aunque la familia se reprocha no atenderla antes, dado que empezó a fumar a los 14 años.
Durante la pandemia, sí habían notado que la ganadora de cinco premios Ariel estaba más cansada, pero lo achacaban al pesimismo por el aislamiento, pues nunca dio señales de debilidad.
La transgresora estrella del cine latinoamericano fallece a los 81 años de edad
“Yo la veía como que sí iba a aguantar. Sólo le pusieron tres quimioterapias de dosis muy bajas y no se le cayó ni una pestaña, se fue enterita, pero los bronquios de sus pulmones estaban muy dañados, su respiración cada vez iba peor y necesitaba oxígeno”, recordó su nieta.
Vega fue velada ayer en una funeraria en la colonia San Rafael, a donde asistieron sus hijos Arturo Vázquez, Shaula Vega, su nieta Tania María y actores como Verónica del Castillo y Fabiola Campomanes.
En el velorio, la familia recordó su carácter fuerte y las groserías que soltaba para despedirla con una sonrisa.
Veintiún años después de su espectacular debut cinematográfico, con “Amores Perros”, Alejandro González Iñárritu retornó a la Ciudad de México, donde nació hace 57 años, con una producción colosal, titulada tentativamente “Limbo”.
Arturo Vázquez contó que la familia decidió cremarla, por ser más práctico, contemplaba llevar sus restos a su casa de Acapulco.
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