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No tenía síntomas, pero el coronavirus permaneció en su cuerpo durante 40 días

Medical staff wait for COVID-19 patients to be transferred to a temporary hospital in Singapore.
(Roslan Rahman / AFP/Getty Images)

Los investigadores están desconcertados: ¿Por qué el coronavirus -que típicamente dura dos semanas en el cuerpo- perdura mucho más tiempo en algunos pacientes?

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En su segundo día en el hospital con COVID-19, la tos leve y la fiebre de 102 grados de Charles Pignal habían desaparecido. Aburrido y cavilando entre las paredes de su habitación en la sala de aislamiento en el Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas de Singapur, sintió que podía salir a jugar tenis.

El ejecutivo de calzado de 42 años le dijo a su madre por teléfono: “Saldré de aquí en un par de días”.

En lugar de las risas alegres de los niños, ahora se escucha el canto de los pájaros o, tal vez, un auto solitario que circula por la calle

Pero Pignal dio positivo por el coronavirus cinco semanas más, a pesar de no desarrollar más síntomas. No fue liberado hasta el día 40 después de que se le diagnosticó por primera vez y cuando finalmente dio negativo dos días seguidos.

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Casos como el suyo están bajo un escrutinio creciente a medida que los investigadores médicos de todo el mundo se preguntan por qué el coronavirus, que generalmente dura entre dos y tres semanas en el cuerpo, parece durar más en algunos pacientes, incluso en aquellos relativamente jóvenes y sanos.

Las diferentes situaciones a lo largo de California están causando que algunos se irriten bajo la orden de quedarse en casa del Gobernador Newsom, mientras que otros están presionando para prolongarla.

Aunque los estudios muestran que el tiempo de recuperación promedio del COVID-19 es de dos semanas, y casi todos los pacientes están libres del virus en un mes, “menos del 1% al 2%, por razones que no sabemos, continúan con el virus después de eso”, expuso Hsu Li Yang, médico de enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública Saw Swee Hock de la Universidad Nacional de Singapur.

En las últimas semanas, China y Corea del Sur informaron que algunos pacientes que se habían recuperado de COVID-19 dieron positivo nuevamente en las visitas de seguimiento. En casos extremos, los pacientes en la ciudad china de Wuhan, donde comenzó el brote a fines del año pasado, reportaron resultados positivos 70 días después de la recuperación.

Los médicos de ambos países señalaron que no creían que los pacientes hubieran sido reinfectados, una posibilidad preocupante debido a sus implicaciones para desarrollar una inmunidad generalizada contra una enfermedad para la que no hay vacuna. Tampoco tenían evidencia de que los pacientes hubieran infectado a otros.

Para el Barrio Chino más grande de México, el corte de cinta para un nuevo centro cultural se sintió como el comienzo de un renacimiento largamente esperado.

Los médicos surcoreanos han minimizado los resultados, diciendo que sus pruebas genéticas estándar están diseñadas para detectar incluso pequeñas cantidades del virus y no siempre distinguen entre fragmentos muertos del virus y partículas que aún son infecciosas. Los pacientes que fueron diagnosticados como recuperados aún podrían haber tenido fragmentos de SARS-CoV-2 en su sistema.

“Muchos de los llamados casos recurrentes en Corea del Sur probablemente reflejan este fenómeno”, consideró Hsu.

Los estudios indican que los pacientes con COVID-19 tienen más agentes infecciosos al comienzo de la enfermedad, cuando su carga viral es más alta, pero los investigadores aún no saben si las personas que retienen el virus durante varias semanas tienen el peligro de transmitirlo hasta el final.

Un estudio de Hong Kong encontró el ácido nucleico del virus en la saliva de un paciente cuyos síntomas aparecieron 25 días antes. Un hombre del sur de California que fue infectado a bordo del crucero Diamond Princess tardó 29 días en dar negativo a pesar de que casi no mostraba síntomas.

“Si estas personas pueden continuar transmitiendo el virus, eso en parte podría alimentar esta pandemia”, destacó Lokesh Kumar Sharma, un instructor de la Escuela de Medicina de Yale.

Sonando optimista el lunes, el alcalde de L.A. Eric Garcetti dijo que los esfuerzos para aplanar la curva han sido efectivos y algunas órdenes podrían ser aliviadas en semanas.

En un estudio, el mes pasado, donde Sharma fue coautor, de 16 pacientes de Beijing que tenían infecciones leves, la mitad de ellos continuaron reteniendo el virus incluso después de que su fiebre, tos y otros síntomas desaparecieron. Los autores del estudio señalaron que los resultados fueron un recordatorio de que los pacientes recuperados debían ser tratados “tan cuidadosamente como los pacientes sintomáticos”.

Eso plantea un desafío para los sistemas de salud que se enfrentan a crecientes epidemias.

En Singapur, las infecciones por COVID-19 aumentaron de 1.000 a principios de abril a más de 15.000 debido a un brote gigante entre los trabajadores extranjeros de bajos salarios. Las autoridades de la ciudad están apresurándose para expandir las instalaciones de aislamiento temporal en hoteles y centros de convenciones para pacientes con síntomas leves, de modo que las camas de hospital puedan reservarse para casos más graves.

La cantante (soprano) de ópera que interpreta desde el portal de su casa, en un barrio de San Diego, para levantar el ánimo de su comunidad

Hasta el miércoles, al menos 200 pacientes permanecían en hospitales o centros de aislamiento más de un mes después del ingreso.

Pignal, un francés que desarrolló síntomas por primera vez mientras volaba de Londres a su casa en Singapur a principios de marzo, le preguntó a un médico alrededor de su decimoquinto día en el hospital si todavía tenía la infección a pesar de que se sentía perfectamente sano.

“Respondió que no lo sabían, pero que no hay evidencia de que sea contagioso”, dijo Pignal.

Sin embargo, los hisopos nasales diarios continuaron mostrando que el virus estaba en su sistema. Una prueba negativa el día 23 fue anulada por un resultado positivo al día siguiente.

El presidente Trump fue demandado por parte del paquete de ayuda para el coronavirus que podría negar los cheques a más de un millón de americanos casados con inmigrantes.

Pasó el tiempo leyendo y publicando videos en su cuenta de Instagram, donde normalmente revisa libros, pero de repente se encontró discutiendo su enfermedad y encierro con miles de nuevos seguidores.

“Me siento absolutamente genial”, dijo en una publicación. “Es sólo que el virus sigue siendo positivo, justo aquí en mi nariz. No se ha ido... Podría permanecer aquí otro día, otra semana, otras dos semanas, nadie lo sabe. Así que eso es bastante angustiante”.

Luego, cuando le dijeron que las camas en la sala de aislamiento eran escasas y que se le consideraba de bajo riesgo, Pignal fue trasladado a un hotel donde compartía una habitación con otra persona infectada.

Pero no había médicos ni enfermeras allí, las pruebas se administraban sólo cada cuatro días, así que Pignal comenzó a angustiarse cuando entró en su segundo mes de encierro. La decoración espartana y los guardias de seguridad que deambulaban por los jardines aumentaron su sensación de aislamiento.

“Francamente”, dijo en una publicación el día 27, “estoy empezando a asustarme un poco”.

Su prometida armó un video de sincronización con amigos y familiares para animarlo, y se puso a leer “Los hermanos Karamazov”.

El 11 de abril, día 39, le dijeron que había dado negativo y le administraron una segunda prueba para confirmar el resultado. La mañana siguiente le trajo alivio: negativo otra vez. Estaba libre de virus y fue enviado a casa.

Tres semanas después, se mantiene saludable.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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