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Se dispara la migración de menores no acompañados hondureños, casi 6 mil están en albergues en EE.UU

Las autoridades de Honduras encontraron en San Diego a grupos de hermanitos.
Las autoridades de Honduras encontraron en San Diego a grupos de hermanitos, niños y niñas, reconociendo que el núcleo familiar no ha sido separado.
(Cortesía Casa Cornelia. )
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La ola de menores no acompañados es inusual, en particular la procedente de Honduras. Las autoridades de esa nación se han volcado a los albergues en Estados Unidos a verificar las condiciones y ofrecer asistencia a las niñas y niños que están llegando en cantidades exorbitantes.

“Las cifras ahorita han aumentando exageradamente”, reconoció Nelly Jerez, vicecanciller de asuntos consulares y migratorios de Honduras, en entrevista a Los Angeles Times en Español en una visita que realizó a Los Ángeles después de recorrer la fronteriza ciudad de San Diego.

Hasta el jueves de la semana pasada, dijo la funcionaria diplomática, la cifra superaba los 5.700 menores de edad en diferentes albergues en Texas y California, a donde han llegado entre febrero y abril.

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Las autoridades se han visto obligadas a visitar los albergues por tratarse de niños y niñas menores de 18 años. En algunos casos, facilitan el contacto y comunicación con familiares en Estados Unidos.

“Le damos seguimiento, entrevistamos a los jóvenes”, dijo Jerez, detallando que los consulados están dando apoyo para que los menores obtengan sus documentos, como pasaportes o actas de nacimiento. “Estas cifras se han disparado en estos últimos meses”, añadió la diplomática.

Las últimas tres semanas, Jerez se ha desplazado de albergues en Houston y Dallas, en el estado de Texas, y luego al centro de convenciones en San Diego.

De acuerdo a la funcionaria, en San Diego encontraron a grupos de hermanitos, niños y niñas juntos, reconociendo que el núcleo familiar no ha sido separado.

¿Cómo explica esta presente ola de menores? Se le preguntó.

“El tema migratorio es de décadas, de años”, respondió Jerez sin titubeo.

“Cuando hemos tenido fenómenos climatológicos fuertes, que devastan el país, eso ocasiona un detonante”, añadió la funcionaria.

Honduras no tuvo uno, sino dos. A finales de 2020 pasaron por esa nación dos huracanes, llamados Eta y Iota.

No obstante, fue después de la llegada del presidente Joe Biden a la Casa Blanca cuando se desata esta ola migratoria, es decir posterior al 20 de enero, cuando el demócrata asumió el poder.

Jerez plantea que los traficantes de personas, conocidos como “coyotes”, han impulsado una campaña en las redes sociales.

“Usted lo puede ver [en mensajes] en las redes: ‘Si te quieres ir seguro a Estados Unidos llámame’. Usted va a ver mensajes masivos en las redes, en Facebook, en todas estas redes que ocupan para comunicarse”, detalló.

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En 2020 fueron detenidos unos 160 traficantes de personas, quienes se encuentran en manos de la justicia. Sin embargo, la migración no se ha detenido.

El mensaje que utilizan los “coyotes” es el de una frontera abierta, haciéndole ver a los padres de familia que es más fácil pasar si llevan un niño en brazos.

La funcionaria explica que las familias hondureñas están recurriendo a esta medida a raíz de las condiciones económicas y la inseguridad que golpea a esa nación.

En mayor parte, los menores que se encuentran en los albergues provienen de los departamentos del norte y occidente de Honduras, muchas de las regiones más abatidas por los huracanes de 2020. Jerez mencionó que los niños son de Cortez, Yoro, Atlántida, Copán, Lempira y Santa Bárbara.

“Tenemos sitios en Santa Bárbara que han desaparecido”, expuso.

Nelly Jerez, vicecanciller de asuntos consulares y migratorios de Honduras, en entrevista con Los Angeles Times en Español.
(Soudi Jiménez/Los Angeles Times en Español)

Entre todas esas regiones, los municipios que mayormente expulsan a estos menores son Tegucigalpa, la capital hondureña y San Pedro Sula, la capital industrial, localidades que a su vez sirvieron en su momento de receptores de la migración interna, antes de que los niños salieran hacia Estados Unidos.

No obstante, al cerrarse los espacios en la búsqueda de empleo y al enfrentarse al asedio de las pandillas, los menores prefieren abandonar el país, a pesar de los esfuerzos del gobierno del presidente Juan Orlando Hernández en el combate de esos factores que expulsan a esta población.

“El que una mamá no quiera que a su hijo menor de edad lo reclute alguno de estos grupos, o estas pandillas, le hace decir: ‘Váyase mejor’”, expuso.

El fortalecimiento de los bandas del crimen organizado y el narcotráfico ha sido parte de ese detonante, que entre 2013 y 2014 originó otra ola de menores no acompañados, luego en 2018 fueron las caravanas en las que los grupos familiares se desplazaron hasta la frontera sur de Estados Unidos.

“En el tema de inseguridad involucra todo”, matizó Jerez al referirse al narcotráfico.

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En este momento, en Estados Unidos hay dos narcotraficantes hondureños que están siendo procesados por autoridades federales. En ambos casos sale involucrado el presidente Hernández. Uno de los acusados es Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano del Jefe de Estado.

En ese sentido, el gobierno estadounidense ha estado enviando señales a los gobiernos centroamericanos, de que para desembolsar fondos para el combate a la migración va a exigir transparencia.

De hecho, hasta el momento, Biden solo se ha comunicado vía telefónica con Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala y con Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica.

En cambio, el presidente Nayib Bukele (El Salvador) y Hernández (Honduras) no han sido atendidos, quienes han sido objeto de críticas desde el Congreso de Estados Unidos.

“Cada presidente de un país sabe muy bien con quien va… a quien va a llamar o no, es potestad de ellos”, comentó la vicecanciller Jerez sobre ese tema.

La funcionaria, sin embargo, indicó que desde febrero la cancillería hondureña viene trabajando con el Departamento de Estado estadounidense de forma coordinada. Hasta la fecha, sostiene que la comunicación no se ha interrumpido. “Tenemos una labor que no ha parado, es fluida”, afirmó.

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De acuerdo a su criterio, dijo Jerez, la ayuda estadounidense serviría para masificar los programas que está impulsando el gobierno central, enfocados en las mujeres y los jóvenes, con los que busca hacer mella en la migración a través de oportunidades para emprendedores.

A pesar de todo, agregó, este problema no lo va a resolver el gobierno porque “el tema migratorio es responsabilidad compartida”, en donde también deberán jugar un rol fundamental las iglesias, empresa privada y organizaciones de la sociedad civil.

“No es culpa de… somos todos; porque si esto ha sido [problema] de décadas, de años, no podemos quedarnos sentados y solo decir: ‘Es que la migración ha pasado siempre’”, razonó la vicecanciller.

“¿Qué tenemos que hacer? Continuar trabajando”, concluyó Jerez.

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