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‘Le llevaría sus rosas’: La pandemia se lleva a madre mexicana que deja unidos a 11 hijos

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La pandemia dejó huérfanos a 11 hijos, pero la unión que generó en vida la mexicana Celia Chávez, es parte del legado que recordarán este Día de la Madre, en un tributo familiar que harán a ambos lados de la frontera en una videollamada, compartiendo las memorias de esa mujer luchadora y amorosa.

“Tenemos esa unión que ella nos dejó, nos dejó unidos para siempre”, valoró María Isabel Aguilar, la séptima de 12 hijos que Chávez y Manuel Córdova procrearon en el estado de Jalisco, México. “Queremos hacerle algo especial, honrarla, es como un tributo”, indicó.

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En el 2011, Aguilar, residente en Panorama City, recibió a sus padres en su hogar, en donde los cuidó los últimos 10 años de vida, pues con diferencia de ocho meses ambos fallecieron, solo que su progenitor por insuficiencia renal, una enfermedad con la que venía luchando por más de dos décadas.

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“El que estaba desahuciado era mi papá”, dijo Aguilar.

Poco después de casarse, Córdova viajaba por temporadas a Estados Unidos. Era parte del programa bracero. En su tierra, se quedaba Chávez atendiendo la casa y cuidando a los hijos.

“Tenía que hacerle de papá y mamá”, dijo la hija.

Al dejar el trabajo agrícola y los negocios en México, se establecieron en el Valle de San Fernando.

En abril de 2020, cuando arreciaba la pandemia, contrajeron el virus su papá, tres hijos de Aguilar y ella misma. Ninguno tuvo que ser ingresado al hospital, pero al recuperarse del coronavirus a Córdova le dijeron que le quedaban dos semanas de vida. “Mi mamá lo tomó bien calmada”, dijo.

Chávez decidió todo lo del funeral de su esposo. Incluso, asegura Aguilar, les dijo a los hijos que cuando ella falleciera quería que la cremaran.

“No quiero muchos problemas para ustedes, para que me lleven a México y quiero que así sea lo de su papá”, rememoró la última voluntad de su madre.

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Poco después del Día de la Madre del 2020, Chávez comenzó con un especie de resfriado, secreción nasal y mucho dolor, entre algunos síntomas del COVID. Al menos cuatro días estuvo así. El deseo de ella era evitar ser hospitalizada.

“Ella sentía como que se iba a ir, quería quedarse en casa, terminar ahí”, confesó.

La desesperación del dolor que la estremecía, hizo a Aguilar persuadir a su madre para que fuera al hospital. Al no poderla convencer, le pidió a dos de sus hermanos a que la ayudaran. Así terminó accediendo la inmigrante de 80 años de edad a que la llevaran a un nosocomio.

“Cuando me la quitaron, que la iban a meter y no me dejaron entrar, ahí sentí mucho dolor, sentí que ya no la iba a volver a ver”, dijo con la voz entrecortada.

Un día después de ser ingresada, Aguilar y un hermano pudieron entrar a la sala en donde se encontraba su madre. Ella padecía de asma. Hicieron una videollamada, en la que se conectaron sus 5 hermanos que viven México y el resto que radica en Estados Unidos.

“Mi mamá se pudo despedir de todos”, dijo.

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Chávez era una mujer de carácter fuerte y muy amorosa. Aguilar recuerda que en el 2000 ella sufrió de cáncer de colon y los médicos decían que nadie podía visitarla debido a las radiaciones. Sin embargo, a su madre no le importó. “Ella se metía y me daba de comer en la boca”, rememoró.

En la vejez de su madre, Aguilar tuvo la oportunidad de consentirla. A ella no le gustaba mostrar las canas, así que su hija, estilista de profesión, le hacía el cabello. También la llevaba a hacerle las uñas, a comer a restaurantes y comprar al supermercado, sus pasatiempos favoritos.

“A mi me gustaba como hacía el pollo con papas, pero en Coca-Cola”, recordó.

“Era algo especial de ella para mí”, dijo como imaginándose ese platillo hecho con las manos de su madre.

Aguilar agrega que su madre era una mujer de fe. Al comenzar la pandemia, ella decidió que todos sus hijos se conectaran en una videollamada. Desde marzo de 2020 lo siguen haciendo todos los días a las 7 de la noche. Sin embargo, los domingos aprovechaban para rezar el rosario, elevar plegarias y leer la Biblia.

Chávez falleció el 19 de mayo de 2020, mientras que su esposo sucumbió a la insuficiencia renal en enero de 2021.

Por esa razón, este Día de la Madre será diferente para estos 11 hijos que sobreviven a este matrimonio, que en total procreó a 12.

“Estamos planeando hacer como a ella le gustaba, unas oraciones entre todos y hablar sobre anécdotas que tuvimos con ella”, dijo la hija, rememorando que su madre murió con un rosario en la mano, según le contó la enfermera que la atendía.

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Al preguntarle a Aguilar que le diría a su madre si la tuviera con vida no pudo evitar que se le humedecieran sus ojos.

“Quiero que toda la vida estuviera conmigo, le llevaría sus rosas, ella era amante de las flores”, dijo con gratitud por esa mujer que siempre la consintió y defendió, a quien pudo devolverle parte del cuidado que ella recibió, por lo que se siente con tranquilidad.

“Le encantaba mucho que la llevara a comer, yo la llevaría a comer, le diría que la adoro, la amo mucho, que quisiera que estuviera conmigo y donde está que me cuide tanto como siempre me cuidaba aquí”, concluyó Aguilar.

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